Los dominicanos atribuyeron siempre, y con sobrada justedad, una gran sabiduría popular al profesor Juan Bosch. Los vaivenes de la política pudieron llevar a sus detractores a distorsionar algunos de sus planteamientos, pero fue, sin duda, un extraordinario escritor y -para muchos- un hombre sabio y noble que tenía una gran capacidad para aconsejar.
De modo que, mirando la reacción de pánico de muchos países, así como de precaución y prevención entre los más optimistas, podemos colegir que ya está incubada una crisis económica en torno al nuevo coronavirus (covid-19) que se detectó en China y que se ha expandido por diversos países.
Además de conocer las informaciones para la prevención del contagio del virus en caso de que circule en el país, los dominicanos deberíamos ir pensando en cómo, por ejemplo, aumentar nuestra producción agropecuaria para tener una mayor capacidad de enfrentar una posible situación de escasez y carestía, tomando en cuenta que muchos países se aíslan y dificultan el comercio.
Confiamos en que los países que acogen la mayor parte de nuestra diáspora no tendrán la necesidad de ser tan estrictos en la aplicación de una cuarentena, como lo ha sido China en su provincia Wuhan. Pero si lo hacen impactarán las remesas y ya sabemos que el turismo global se replegará un tiempo.
No está de más que nos curemos en salud y pensemos que a lo mejor un hombre visionario, como lo fue Juan Bosch, nos estaría aconsejando acciones tan simples como ejercitarnos un poco más en sembrar algo de víveres -plátano, guineo, auyama, batata, etc.- incluso en esos solares baldíos.