Con más de 150,000 plantones de vegetación natural, las plantas de tratamiento de la Nueva Barquita representan un referente tecnológico para la región, al promover una depuración de las aguas que prescinde de energía eléctrica.
La obra vierte en el río Ozama cerca de 2,500 metros cúbicos de agua tratada con la oxigenación limpia y sostenible aportadas por la siembra de plantas acuáticas. Así lo afirmó Daniel Calvillo, fundador de WW Green Filters, empresa que junto a la Constructora JP instalaron, diseñaron, operaron y dan mantenimiento a los filtros verdes flotantes utilizados para la depuración de las aguas desde que ganaran la licitación del proyecto en 2016 e iniciaran el proyecto en junio de ese mismo año.
Calvillo explicó el desarrollo de un humedal artificial de plantas macrófitas en flotación. “Estamos usando Typha dominguensis, una especie de plantas que crecen flotando en el agua gracias al sistema patentado de plantación AguaMatrix, capturando el oxígeno de la atmósfera a través de sus hojas y canalizándolo por sus raíces, depositando el oxígeno en las aguas contaminadas e iniciando así el proceso de oxigenación responsable de la depuración del agua de manera completamente natural”, afirmó el especialista.
Una de las innovaciones alcanzadas en este proyecto fue desarrollar una especie de vegetación que responde, en específico, a las necesidades del proyecto con unas hojas más altas y raíces más profundas para mayor capacidad de tratamiento de las aguas. En el caso de la Typha dominguensis utilizadas en el proyecto, un invernader de Nizao las cultiva, por lo cual son autóctonas y adaptadas a las condiciones ambientales existentes en República Dominicana.
Completan su ciclo reproductivo en el agua, garantizando su limpieza permanente. Calvillo confirmó que los 150 mil plantones iniciales ya han formado una masa vegetal de unos 40 kilogramos por metro cuadrado, “consiguiendo un humedal natural con una capacidad de depuración única”.
Inclusión de la comunidad y sostenibilidad ambiental
La inclusión de los comunitarios de La Nueva Barquita en el cuidado de las aguas del río Ozama resalta como elemento diferenciador de este proyecto. A través de jornadas de sensibilización sobre la necesidad de cuidar esta infraestructura y los beneficios que arroja a su calidad de vida, trabajan desde el inicio en el mantenimiento, operación e instalación de los filtros verdes. “Son los comunitarios los principales defensores de la obra y el correcto mantenimiento de la misma”, enfatizó el empresario.
El uso de esta tecnología arroja importantes beneficios tanto a los residentes de la zona, como al medio ambiente. La obra prescinde de electricidad, no produce lodos o fangos, no necesita químicos y no genera malos olores.
Alrededor de las plantas de tratamiento, un ecosistema propio permite la vida y reproducción de diferentes especies de fauna y flora, enriqueciendo el paisajismo del área. El director de la licitante manifiesta que el proyecto es el único que opera bajo una dinámica sostenible en el país, alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). “Los filtros verdes no emiten CO2 a la atmósfera, lo capturan, es por ello el cálculo estimado de captura de CO2 es de 29,440,000 gCO2/año, lo que corresponde a las emisiones equivalentes de unos 50 carros circulando durante un año”, añadió.
La infraestructura de esta obra consiste en 9,200 metros cuadrados de balsas por el que anteriormente circulaban antiguas cañadas, aprovechado la caída del agua por gravedad. Aunque WW Greens obtuvo la licitación a través de la Unidad de Readecuación de La Barquita y Entornos (URBE), los trabajos operativos de mantenimiento los realiza la Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo, (CAASD)