La minería sigue jugando un papel fundamental en la economía dominicana. Las estadísticas preliminares sobre el comportamiento de la economía en 2019 establecen que la explotación de minas y canteras creció un 3.4%.
En gran medida, el comportamiento positivo de la economía durante el año pasado, cuyo crecimiento fue de 5.1%, se explica por un aumento en las exportaciones nacionales, principalmente de oro. Quiere decir que este metal, cuyo precio se ubica en alrededor de US$1,550 la onza troy, sin duda, ayudó que a la cuenta corriente de la balanza de pagos terminará con un déficit de apenas 1.4% del PIB, similar al del año 2018 y por debajo del promedio histórico de la última década.
La explotación de Barrick, en Pueblo Viejo, provincia Sánchez Ramírez, constituye, de igual manera, un motor dinamizador de la economía. Desde que se reinició la explotación se nota un despertar de algunas de las actividades comerciales y productivas que mayor encadenamiento genera. En cuanto a servicios financieros, en Cotuí ha habido apertura de nuevas sucursales bancarias, construcción de plazas, remodelación de negocios y empresas relacionadas con la minería y sector construcción, las cuales han contratado nuevos empleados para suplir la demanda.
Los sectores transporte y de alimentos han sido otros de los beneficiados con la dinamización generada por la explotación del oro y de otros metales. Quiere decir que no sólo el impacto de las exportaciones de oro ha sido en amainar el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos, sino que su impacto ha sido en la “economía chiquita”, en la que expresa e impacta directamente al individuo. Según el Banco Central, las exportaciones nacionales crecieron 8.7% interanual, destacándose las exportaciones de oro que registraron una expansión de 13.5% en 2019, es decir, US$183.7 millones.
Yéndonos un poco más atrás, en el período 2010-2018 la minería en conjunto aportó US$11,109.3 millones al producto interno bruto (PIB). De este monto, las exportaciones de oro sumaron US$8,575.1 millones, es decir, un 77.2% de este subsector de la economía, para un promedio anual de US$952.8 millones. Lo que sí es necesario pedir es que la minería siga siendo responsable, es decir, respetuosa del medio ambiente.