Siempre que se vive un período de campaña electoral en que el Presidente de la República de turno no está en reelección (algo poco usual en la época democrática dominicana) salen a flote situaciones que hacen ver mal la imagen de la gestión gubernamental, tal vez porque se da como un hecho que habrá un nuevo gobernante al término de la campaña.
El caso que nos ocupa en este 2020 es uno de esos, como en las elecciones de los años 1982, 1986, 2000 y 2012, en donde los presidentes no buscaron reelegirse y el ambiente era de más críticas que elogios a la gestión por terminar, aunque no haya sido tan mala.
Pero hay errores o ruidos que se producen en tiempos de campaña electoral que, hasta cierto punto, son provocados por los propios gobernantes; y esos son los que se deben evitar, pues se constituyen en alimento para los adversarios y tienden a deslucir acciones positivas.
Algunos ejemplos: recientemente República Dominicana tuvo una excelente participación en la feria turística Fitur de Madrid, España. Sin embargo, los efectos positivos de esa participación han quedado opacados por las reacciones provocadas por el anuncio de una inversión para construir un hotel en la zona de Bayahíbe, en el este del país, porque supuestamente se pretende levantarlo en un área protegida y eso afectaría el medio ambiente en la zona.
No se sabe de forma específica si la construcción fue autorizada en el área protegida, pero lo que sí se sabe es que las autoridades gubernamentales no han podido explicar con certeza y claridad el tipo de autorización que se otorgó para esa inversión y en cuál zona específica. Las explicaciones del Ministerio de Medio Ambiente se han quedado cortas, mientras los críticos del proyecto llevan ventaja en su denuncia, porque se tornan más convincentes.
El presidente Danilo Medina hizo bien en mandar a parar ese hotel. Si el Gobierno actuó correctamente en el otorgamiento de los permisos y no se está afectando el área protegida, pues que lo explique y que lo explique bien. Si en cambio hubo un error, pues que se proceda a dejar sin efecto ese proyecto y a buscar otras zonas alternativas para levantar el complejo turístico.
Otro ruido que pudo evitarse, por el momento, es el relacionado a adjudicaciones y pagos supuestamente irregulares otorgados por el Ministerio de Obras Públicas a una empresa vinculada con una hermana del Procurador General de la República.
Parece que la denuncia hecha por un periodista muy conocido en el país se torna difamatoria y por eso la persona aludida ha decidido ponerle una demanda judicial. Pero resulta que tras esa demanda se ha dado paso al demandado para que presente una serie de documentos adicionales, que se tornan más reveladores y que, aunque no necesariamente estén relacionados con la demanda en cuestión, son armas a tomar para afectar a la parte demandante.
Puede ser que la demandante tenga la razón en su reclamo, como también puede ser que no. En este aspecto sólo deseo indicar que posiblemente la demanda debió ser dejada para más adelante, para cuando concluya en período de campaña, toda vez que entre las personas aludidas está, precisamente, el candidato presidencial del partido oficialista.
Pero no todo es negativo, hay ruidos que se traducen en un reconocimiento a los aspectos positivos de determinadas iniciativas del Gobierno, aunque en el pasado hayan sido ampliamente criticadas.
Es el caso de la Central Termoeléctrica Punta Catalina, que ya está aportando energía al Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (SENI) y sobre la que el Gobierno ha expresado su disposición de vender hasta un 50% de sus acciones.
La oposición política con mayor posibilidad de triunfo electoral en la actualidad ha expresado su rechazo a la venta de esa planta construida con recursos del Estado.
Ese rechazo a la venta de Punta Catalina es un reconocimiento a la iniciativa del Gobierno para construirla, pero a la vez es un planteamiento que sintoniza con el parecer de la mayoría de la población que no desea que la vendan.
Son aspectos a los que el Gobierno debe prestar atención en esta etapa de campaña electoral y así evitar ruidos innecesarios.