Cuando se escribe sobre finanzas personales a través de un medio de comunicación, es preciso tomar en cuenta que cada tema interesará a unos pocos, mientras una gran mayoría sentirá que ese aspecto no se adapta a su situación.
Es porque no todos están en las mismas condiciones. Hay personas con graves problemas de deudas acumuladas por exceso de consumo y mala administración de sus tarjetas de crédito. Mientras otros tienen una o dos tarjetas de crédito, la administran de forma adecuada y en vez de pagar intereses y acumular deudas, se financian sin dinero y no le dan ganancia al banco.
Hay quienes tienen un buen empleo, niveles de ingresos por encima de sus gastos y su preocupación es saber en qué invertir los ahorros acumulados en el banco: si ponerlos en dólares o en pesos, si colocarlos en certificados o en bonos.
Mientras que otros tienen también buenos niveles de ingresos, pero son desorganizados con sus gastos, se exceden y no tienen fuerza de voluntad para ahorrar.
También están los que devengan salarios por debajo de sus gastos, el dinero no les alcanza, incurren en préstamos onerosos que al final les acumulan más deudas y necesitan orientación para mejorar sus ingresos, reducir sus gastos y dejar de lado al prestamista.
Muchos desean su primera casa y se debaten entre el pago de una renta de RD$20,000.00 mensual o la búsqueda de un inicial de RD$500,000.00 para luego procurar un préstamo de RD$2.5 millones para pagar una cuota mensual de RD$26,000 a 20 años, con el único consuelo de que algún día ese apartamento será propio.
También están los que tienen su casa propia, han acumulado buen ahorro, invierten en el área inmobiliaria con la compra de uno o dos pequeños apartamentos para vivir de la renta, pero al final la tasa de retorno es lenta, pues colocar RD$7 millones en dos apartamentos para recibir rentas por RD$35,000 ó RD$40,000 mensual, resulta bueno, pero una parte se va en reparaciones y remodelaciones del inmueble.
Los que son apasionados con los negocios también forman parte de los que siguen consejos de los “expertos” en finanzas personales, pero muchas veces son personas de poca vocación para el área empresarial y con frecuencia incurren en malas inversiones que terminan aumentando sus problemas económicos.
Hacer negocios y vivir de los negocios, es una vocación. Hay que tener “sangre” empresarial para enfocarse en iniciativas de negocios que se convierten en multiplicadores de dinero.
Hay gente que sabe hacer dinero con el dinero, pero hay otros que sólo saben deshacerse del dinero cuando les llega a las manos.
Hay personas que aprenden a capitalizarse con dinero ajeno, que emprenden un negocio sin tener el capital a mano, prosperan y terminan en buena posición económica. Otros pueden tener el capital disponible, la buena voluntad y hasta el local propio para instalar el negocio y al final pueden terminar perdiéndolo todo por no haber tomado las decisiones adecuadas o simplemente por no tener la vocación de emprendedor, de empresario.
Cualquiera de estos casos puede ser el suyo al momento de leer esta columna y la realidad es que al final, todos saben lo que es correcto y lo que no, pero como pasa a muchos seres humanos, necesitamos que nos digan lo que queremos escuchar, lo que ya sabemos pero no ejercemos y se hace necesario superar para poder arreglar nuestras finanzas personales.
Todo se resume en simples operaciones de suma y resta. No gaste más de lo necesario, trate de dejar una proporción para ahorrar y no incurra en deudas innecesarias. Esos son solo algunos de los repetidos consejos que todos saben, pero que muchos no aplican.