Puerto Rico ha sido sacudido por varias réplicas de un terremoto que no lo ha dejado dormir tranquilo. Y si lo olvidaron, en 2010 un terremoto de 7.3 en escala Richter devastó el empobrecido país de Haiti, dejando más de 300 mil muertos, donde hoy aún no han podido reconstruir ni siquiera el palacio de gobierno.
Como todos saben, en nuestro territorio, además de la Placa Norteamérica y la placa del Caribe interactúan 13 más que son las responsables de la formación de la Hispaniola en millones de años de acción que no deja de seguir ejerciendo presión entre ellas. Esa situación nos asegura que tendremos terremotos grandes y pequeños mientras exista la Isla.
A pesar de esta situación, vivimos de espalda a esa realidad, y muy poco nos han movido la desgracia de Haití y menos la de Puerto Rico. No nos estamos ocupando, y lo malo del caso es que a diferencia de los ciclones, los terremotos no nos dan ni señales, a pesar de los avances tecnológicos, de cuándo van a ocurrir, a menos que no seamos muy observadores de nuestras mascotas que tal vez sientan la señales de la naturaleza.
Tenemos muy buenas reglamentaciones para construir, pero no todos cumplimos con las reglas, y mucho menos la exigimos a la hora de comprar un bien mueble, por lo que no estamos seguro de cuales se vendrán abajo o quedaran tan dañados que tengamos que destruir.
En muchas ocasiones he escrito sobre la falta de coberturas en las edificaciones del país, cuando ni siquiera el Estado dominicano toma esas precauciones en obras tan importantes como las presas, puentes y carreteras y otras no menos importantes. Las infraestructura de la nación, podemos decir que seguros no cuenta ni el 10%, y a pesar de las grandes torres en la ciudad de Santo Domingo que se vienen construyendo, no tenemos ni regulación para que las mismas cuenten con seguros.
Cuando compramos un auto nuevo, pensamos en asegurarlo, sobre todo si es financiado, generalmente la gente cubre el precio de mercado del auto, y cuando tiene un accidente, obtiene la indemnización por el monto de las perdidas menos los deducibles.
En el caso de las propiedades hipotecarias, los bancos generalmente cubren sus deudas, y si ocurre una pérdida total, el banco recobra, pero el propietario se queda sin vivienda. Para que tengan una idea de lo económica que es la cobertura de incendio y aliados donde se incluye terremoto y ciclón, la prima resulta la proximidad del 10% de lo que cuesta la cobertura de vehículo.
O sea, que si su vehículo de 2 millones paga una prima de RD$120,000. Cubrir su vivienda por un costo de 2 millones, solo costara una prima del 10% de la prima de vehículo.
Vivimos con la amenaza de un terremoto y los ciclones son constante cada año, y a pesar de todo, no adquirimos conciencia de seguros, conociendo y palpando las desgracias de nuestros hermanos haitianos y puertorriqueños. Nosotros entendemos que verifiquemos que nos cuestan las coberturas y actuemos con inteligencia y precaución.