Dicen que siempre es saludable terminar el año pasando balance sobre lo logrado y lo que quedó pendiente por hacer, y de la misma manera, empezar el nuevo revisando sus propósitos y metas venideras. De la misma forma, puntualizar sobre nuestros “deseos” para el año nos permite identificar los aspectos prioritarios para ser tratados en la sociedad civil y las organizaciones profesionales.
En primer término, el 2020 será para nuestro país un año de elecciones, con la posibilidad de celebrar elecciones en tres distintas ocasiones (elecciones municipales en febrero, presidenciales y congresuales en mayo, y, en caso de ser necesaria, una segunda vuelta presidencial en junio).
En este sentido, lo más importante es llamar a la cordura, sensatez y calma para que las mismas transcurran en un ámbito de plena democracia. Sin lugar a duda que este deseo es el primordial para que se mantenga la estabilidad económica y política en nuestro país.
Independientemente de las personas y partidos que resulten victoriosos en el certamen electoral, será la tarea del próximo Presidente y el Congreso proponer y negociar un pacto fiscal. Aunque se han hecho grandes esfuerzos por mejorar el sistema fiscal en el país, la realidad es que hay una necesidad imperante de modernizar el arcaico Código Tributario para permitir que los negocios compitan. Con un Pacto Fiscal consensuado con el sector privado, se busca impulsar el desarrollo nacional –y aumentar las recaudaciones– a través de una dinamización de la actividad económica.
Por otra parte, el sistema eléctrico de nuestro país representa una de las más importantes cargas para los emprendedores y empresarios del país. A estos fines se discutió un Pacto Eléctrico entre el Gobierno y distintas partes. Sin embargo, hasta la fecha no se ha implementado. Su puesta en marcha resulta de sumo interés para todo el aparato productivo nacional.
Otro deseo es la aprobación de la Ley de Garantías Mobiliarias, un tema que repetimos todos los años. La misma vendría a simplificar la constitución y ejecución de garantías sobre bienes muebles, algo que tendría un inmediato efecto de abaratar el costo del capital y ampliar el acceso al mismo, metas que son necesarias para el desarrollo del país a largo plazo.
Sin lugar a dudas que el crecimiento y desarrollo del mercado de valores durante 2019 fue uno de los elementos más importantes en la economía nacional. Pero para el 2020 falta completar la promulgación de los numerosos reglamentos bajo la ley que lo regula, una tarea que debe ser completada buscando consenso con los participantes, pero a la vez regulando el mismo para ofrecer seguridad a los inversionistas.