Señor director:
Leí en estos días que el ministro de Agricultura, Osmar Benítez, entregó un cheque de casi dos millones de pesos para la reparación de viviendas a agricultores pobres. Es una labor loable, pero que al mismo tiempo nos debe llevar a reflexión.
¿Cómo es posible que un dominicano que se pase la vida entera dedicado a esta actividad tan vital para nosotros no haya podido si quiera hacer su casa?
Según la nota, ese aporte contribuirá a mejorar la habitabilidad de agricultores y sus familias residentes en esa zona del Sur profundo y que las reparaciones de las viviendas estarían a cargo del Viceministerio de Desarrollo Rural. Me alegra que Benítez haga estas obras, pues dicen muy bien de su sensibilidad con un sector que él conoce muy bien. Él es un agricultor de décadas y ha demostrado que se puede vivir de esta actividad.
Sólo espero que algún día la agricultura sea rentable para todos, sin excepción.
Teodoro Méndez Martínez.
Comerciante.