Las protestas sociales como los daños maliciosos están cubiertos en nuestras pólizas de Incendio y Líneas Aliadas, como les decimos a las pólizas de propiedades con riesgos nombrado. Antes de los actos terroristas a las Torres Gemelas, en el Centro Financiero de Nueva York, el 11 de Sept., de 2001, se cubría también el terrorismo. Los daños de las guerras y guerras civil, han estado excluido siempre, las que sí están incluidas son los riesgos de la naturaleza, que de por si dieron origen a la creación del mercado asegurador.
En los últimos años hemos tenido muchas protestas en las Américas, las cuales no solo se quedan en las exigencias de las soluciones de problemas sociales que aquejan las poblaciones más vulnerables, lo peor es que las masas pierden el sentido de orientación y el salvajismo se apodera de las voluntades y viene el desenfreno, donde la conciencia individual se anula, llegándose a cometer los peores crímenes en nombre de las protestas sociales, las que en definitiva, dejan más conflicto y pobreza que la que pretenden resolver. Cuál es el problema? que no todo tiene seguro, ni todo se repara con dinero y el tiempo no se recupera.
Veamos el caso de Haití, donde las turbas desenfrenadas además de llevarse todo lo que pueden y lo que no, lo destruyen. Haití no tiene posibilidad de recuperar las pérdidas y cada empresa, negocio o bien que destruyen son empleos y bienes que necesita la economía para producir o distribuir los bienes de consumo masivos y con esto crece el desempleo, se van las inversiones y los inversionistas y las posibilidades de salir de la pobreza se alejan cada vez mas de los Haitianos.
Me dicen amigos reaseguradores, que las pérdidas protegidas por seguros, en la hermana nación sudamericana, llegan a los 3 mil millones de dólares. Un duro golpe al mercado asegurador, que tendrá que reajustar sus precios en los próximos años, sin contar las aseguradoras que saldrán del mercado por quiebra, ya que la cantidad de reclamaciones elevan sus pérdidas más allá de sus posibilidades.
Dice el dicho, que cuando vea la barba de nuestro vecino arder, lo mejor es poner la propia en remojo y muchos de nuestros colegas del mercado asegurador de República Dominicana, no creo que resistan una avalancha de reclamación, por lo que sería muy bueno ir tomando las precauciones de lugar para que no nos cojan desprevenidos.
Nuestros clientes deben revisar su seguridad y contingencia aunque no tengan aviso de tormenta, porque la previsión es obligada y sobre todo, mantener los bienes asegurados por su costo de reposición, ya que las empresas en estas circunstancias tendrán que aplicar los infra seguros, que significa pagar la proporción que usted mantiene asegurado, comparando con el costo de sus bienes en el mercado.
Lo relativo a las protestas para nosotros son especulaciones, porque para bien de la sociedad, mantenemos un buen manejo de la economía y de ella depende el desenvolvimiento de la política.
Los parámetros económicos nos indican que tenemos estabilidad y crecimiento, sin que tengamos eventos preocupantes que nos puedan perturbar la paz. Y a pesar de nuestras campañas políticas, que son muy pintorescas, el gobierno tiene un buen manejo de las operaciones gubernamentales, que dan seguridad y tranquilidad a la mayoría de la población y en particular a nuestros empresarios.