Hay de todo en las calles dominicanas. Pasa en cualquier parte del mundo, pero principalmente en países con nuestras características socioeconómicas.
Hay personas que piden por necesidad y otros porque simplemente se acostumbraron a “ganarse la vida” y el “pan de cada día” de esta manera. Hay otros que lo hacen porque simplemente no tienen opción o hay quienes piden excusándose en una dolencia, ya sea verdadera o falsa.
Sin embargo, hay otros casos que sí son de preocupación. Están aquellos que son producto de la explotación, como sucede con niños y haitianas, algunas con bebés en brazos, a quienes vemos en las principales esquinas de la capital y de las ciudades principales del país.
¿Por qué sucede este a la vista de todos? La autoridad que debería encargarse de estos casos, al parecer, desconoce cuáles su función y responsabilidad ante la sociedad.