AES ha demostrado que no sólo es una empresa empeñada en hacer lo que es su razón de ser: invertir. Su filosofía también se enfoca en lograr que la energía limpia sea cada vez más una realidad.
Panamá y República Dominicana, por mencionar dos casos en la región, se han convertido en dos puntos de referencia obligada cuando de gas natural se trata, un hidrocarburo cuyo impacto en el medio ambiente es prácticamente cero.
La reciente inauguración de AES Colón, en Panamá, que consta de un puerto o terminal con una central termoeléctrica a gas natural, es una muestra de la clara definición de los planes que tiene esta empresa para Centroamérica. Desde aquí la multinacional busca instalarse como un hub o centro de operaciones para toda la región en cuanto a gas natural y energía limpia se refiere.
Panamá, que también es un centro financiero de reconocida exposición en el ámbito internacional, es ahora un punto de referencia de energía limpia a partir del gas natural. AES justifica estas inversiones, que superan los US$1,500 millones, en que este combustible es el más abundante y como tal es un commodity con precios más estables que el petróleo.
Hay que reconocer, también, que las plantas de gas natural son más eficientes que aquellas que funcionan con combustibles derivados del petróleo.
Hace sentido instalar energía limpia a partir del gas natural en esta región porque es de todos conocido que en estos países hay fuentes renovables y, por consiguiente, competir debe ser también con energía limpia.
AES Dominicana, es pertinente señalarlo o descartarlo, fue el primer proyecto de importancia en la región. Se instaló en 2003 y tiene bajo su responsabilidad un gasoducto de 34 kilómetros hasta DPP Los Mina, que genera 324 megavatios a ciclo combinado luego de la adhesión de la turbina a vapor de 114 megas. La planta de AES Andrés tiene una capacidad instalada de 319 megavatios, sin duda una de las más eficientes.
En Panamá y República Dominicana la empresa concentra una capacidad de almacenamiento que superar los 340,000 metros cúbicos de gas natural, lo que coloca a la región en una posición cómoda en cuanto a abastecimiento de este combustible.
Es justo reconocer el aporte que ha hacho AES a la eficiencia energética en la región, independientemente de que Estados Unidos impulsa estas inversiones porque necesita mercados seguros para el gas natural que ya comienza a exportar.