La producción mundial de vino cae este año un 10% y España destaca en cabeza de los descensos, con un 24%, según las estimaciones presentadas este viernes por la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV).
La principal razón de ese retroceso global está en las condiciones climáticas inestables en los mayores países productores europeos que son Italia, Francia y España, con una primavera muy fría y lluviosa, seguida de un verano extremadamente cálido y seco, indica la OIV en su informe.
En España, el bajón del 24% deja el volumen de vino en 34.3 millones de hectolitros, un 12% inferior a la media quinquenal.
En Italia y en Francia, las bajas son del 15% a 46.6 y 41.9 millones de hectolitros, respectivamente.
También sufren reducciones otros países de la Unión Europea como Alemania (-12% a 9 millones de hectolitros), Austria (-4% a 2.6 millones), Rumanía (-4% a 4.9 millones) y Hungría (-6% a 3.2 millones). Pero en estos casos se mantienen a niveles iguales o incluso superiores a los de la media del último quinquenio.
Portugal es el único país de los Veintiocho en el que aumenta la producción de vino, un 10% hasta 6.7 millones de hectolitros, un 4% por encima de la media quinquenal.
Fuera de la UE, en Estados Unidos el descenso se limita al 1% con 23.6 millones de hectolitros, una cifra relativamente elevada por cuarto año consecutivo. Rusia, por su parte, experimenta un alza del 7% hasta 6 millones de hectolitros.
En el hemisferio sur, el escenario es similar con una disminución en conjunto del 5% a 54 millones de hectolitros que es más acusada en los países sudamericanos.
Las pérdidas interanuales respecto a 2018 son del 10 % en Argentina a 13 millones de hectolitros; del 7% en Chile a 11.9 millones; y del 5% en Brasil a 2.9 millones.
Sin embargo, si la comparación se hace con la media del último quiquenio, se observa un aumento del 1% en Argentina, del 8% en Chile y del 11% en Brasil.
Al margen de Sudamérica, Australia reduce su producción en un 3% comparada con la del ejercicio pasado a 12.5 millones de hectolitros, mientras Sudáfrica aumenta la suya en un 3 % a 9.7 millones.
La OIV hace notar que pese al descenso respecto a 2018, la producción mundial de 2019 se queda en los niveles observados durante el periodo 2007-2016, si se exceptúa el pico de 2013 con 291 millones de hectolitros.