Por fin, ya se sabe que fue por causas naturales que lamentablemente fallecieron los turistas estadounidenses en los primeros meses de este año. Sin duda, fue una prueba de la debilidad que tiene el país en el manejo de crisis “reputacional”, ya que (hay que decirlo) fuimos un tanto torpes y de respuesta tardía, lo que nos ocasionó un ruido que aún retumba en los mercados internacionales.
La caída del turismo en julio y agosto fue muy sensible, especialmente desde el principal mercado emisor: Estados Unidos. Cerca de 146,000 turistas menos en comparación con los primeros seis meses del año anterior.
Por suerte, la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, siglas en inglés) fue lo suficientemente responsable y dio resultados satisfactorios para el país, ya que se demostró que todo fue por causas naturales. ¿Y la bulla mediática pa’cuándo?