Estamos caminando rumbo a dos procesos electorales en fechas distintas que de por sí ya han agitado el entorno económico, con las recientes primarias de los dos grandes partidos del sistema político dominicano.
A lo que aspira toda la sociedad dominicana es que ambos procesos electorales transcurran en paz, sin mayores traumas ni sobresaltos que afecten la buena marcha de la economía dominicana ni se lleven de paro la tan apreciada estabilidad macroeconómica. A riesgo de que me califiquen de iluso, tal vez, al titular de esta forma mi artículo de esta semana, pienso que no podemos dejar de insistir en ello y de pedir una contienda electoral en la que se debatan los temas que realmente necesita oír el ciudadano en términos de agenda legislativa, municipal y plan de gobierno.
Aunque se puede dar el caso de que en medio de un proceso electoral surjan voces altisonantes o gritos excesivos que atemoricen a los agentes económicos y a su vez afecte la buena marcha de la economía, uno espera que la madurez prime y que entiendan que todos están llamados trabajar por el bien común que en definitiva beneficia a toda la sociedad y eso solo se logra con un ambiente económico sano y estable.
Hay razones para insistir y pedir que se evite el desborde de las pasiones y las discusiones se centren en las propuestas para hacer más sostenible la nación.
Ya los indicadores económicos comienzan a reflejar esa preocupación y el Banco Central lo reseñó en su informe de desempeño de la economía dominicana para el período enero-junio del año 2019, donde la economía experimentó un crecimiento acumulado del producto interno bruto (PIB) de 4.7%.
“Este comportamiento es el resultado de la expansión de 5.7% en enero-marzo y una moderación del ritmo de crecimiento de la economía de 3.7% en abril-junio, en el que han incidido un entorno internacional desfavorable asociado a problemas geopolíticos y las guerras comerciales, así como factores de incertidumbre a nivel doméstico que contribuyeron a que atenuara la evolución de la demanda interna”, expresa el Banco Central en su explicación de las razones que dieron origen a ese comportamiento.
“Factores de incertidumbre al nivel doméstico”, en mi interpretación, pueden ser los mismos que han preocupado a distintos sectores de la sociedad, el desborde de las pasiones por la lucha política y electoral cuyo tono, irracional a veces, aleja la inversión extranjera, disminuye las perspectivas de negocio y frenan los proyectos de inversión a mediano y largo plazo de los agentes económicos.
Otras variables macroeconómicas claves también han registrado movimientos que reflejan, en cierta medida, esa tensión política, como es el caso de la tasa de cambio cuya tasa de compra, el Banco Central la situó el pasado 21 de octubre a RD$52.70 y la de venta a RD$52.85.
Lo mismo ha sucedido con la inflación que según la publicación del Banco Central, en su página web, la inflación Interanual se ubicó en 2.02%, la acumulada en 2.38% y la mensual en 0.38%, medida a septiembre de este año.
Así que debemos mantenernos alertas y atentos para velar porque el actual proceso electoral que será bastante largo no genere mayores traumas para nuestra economía.