La mayoría de los seres humanos desean jubilarse antes de los 40, vivir de ingresos pasivos recurrentes y contar con un colchón financiero que les genere paz mental. Por supuesto, no les voy a mentir comentándoles que lograr la libertad financiera es una tarea fácil.
Esto último requiere disciplina, asesoría profesional y paciencia, entre otras cualidades, no necesariamente relacionadas a tu IQ financiero.
Lo primero es tener claro que realmente significa la libertad financiera. Este concepto se define como el estado en el que una persona o familia cuenta con la suficiente solvencia económica para cubrir todos sus gastos sin depender de una fuente de ingreso proveniente de alguna forma de empleo. Es importante resaltar que muchas personas tienden a confundir la jubilación con la libertad financiera. La primera es el final de tu vida laboral debido a la edad, mientras que la segunda es el fin del trabajo obligatorio, al margen de los años que tengas.
Intenta de ahorrar el 50% o más de tus ingresos, pero evidentemente de forma paulatina. Primero, comienza a ahorrar un 2% o 3% (como mínimo) de tus ingresos mensuales, hasta que logres generar todo el dinero que necesitas para poder ahorrar más, y de esta forma te resultará menos cuesta arriba llegar a 50%. Por otro lado, lo que voy a decir parece obvio, pero es importante realizar un análisis exhaustivo de tu presupuesto personal y reduce todos los gastos posibles, créanme que los ‘gastos hormigas’ se pueden disminuir drásticamente con disciplina.
Y, por supuesto, es complicado lograr la libertad financiera si no generamos varias fuentes de ingresos a través de inversiones en diferentes clases de activos financieros y no financieros.