Los planes sociales que lleva a cabo el Gobierno son útiles hasta un punto. Sin embargo, más allá de aliviar la situación de calamidad en que muchos dominicanos viven, los programas de ayuda y subsidios deberían tener un componente que impulse el espíritu emprendedor que todo ser humano posee.
¿O sólo deberían interpretarse como mecanismo clientelares para mantener en ese estado de dependencia para explotar su pobreza en términos electorales? Ha de esperarse que este no sea el caso, aunque hay fuertes sospechas al respecto.
Entregar enseres del hogar, una funda de comida o una canastilla a madres solteras, muchas veces menores de edad y sin la debida orientación para que no vuelvan a quedar embarazadas bajo esas condiciones, no resuelve nada.
La responsabilidad de un Estado se expresa a través de acciones concretas para el bienestar de sus ciudadanos.