En 2017 los huracanes Irma y María se encargaron de destruir a Puerto Rico. En República Dominicano sufrimos algunas pérdidas menores. Aun los reaseguradores están pagando pérdidas en Puerto Rico, a pesar del tiempo transcurrido por lo grande y complejo que resultó la catástrofe.
María e Irma fueron catástrofes muy costosas para los reaseguradores porque Puerto Rico es la economía mejor asegurada de la región. O sea, son muy pocos los bienes que no tienen seguros, donde las primas representan el 12% del PIB, cuando en nuestro país no llega a un 1.5%, a pesar de que sufrimos las mismas consecuencias de los riesgos catastróficos.
Pues en agosto de este año le tocó a Las Bahamas. Estas islas sufrieron el embate del huracán Dorian que, afortunadamente para nosotros, producto del polvo del Sáhara y el calentamiento global, se elevó al norte internándose en las aguas de Estados Unidos y Canadá, pero antes, se internó en estas islas del Caribe, azotándola por 14 horas hasta destruirlas. Otra experiencia para nuestros reaseguradores que nos afecta a la hora de la renovación de nuestros contratos.
Como vieron las cifras de las primas del semestre del mercado asegurador, podrán notar que las primas de Incendios y aliados han crecido notablemente, pero este no ha sido la toma de conciencia de nuestros empresarios y público en general, este crecimiento es producto de que los reaseguradores nos han incrementado los costos de los programas catastróficos, y al bajar los intereses, bajan los ingresos de las aseguradoras, por lo que nos hemos visto obligados a sincerar las primas que cobramos par el mercado industrial y comercial.
Como una buena parte de los beneficios de las aseguradoras le entran por la inversión de las reservas, como las tasas de los bancos y los instrumentos financieros están bajando, es conveniente elevar las tasas de las primas, para lograr mantener los márgenes de beneficios. Y no creo que podamos gozar de bajas tasas en las primas, ya que la temporada ciclónica se lo mantendrá bien fresco en la memoria de nuestros reaseguradores, y cuando escribo estas notas, la tormenta Karen se dirige hacia las costas de Puerto Rico.
Lo bueno de todo esto es que si el público tomara conciencia y la brecha se cerrara, tendríamos un gran abanico donde las primas incrementaran por números de clientes y no por el incremento de las primas, sobre todo en un target donde tenemos una gran deficiencia como en las viviendas, donde más o menos un 80% se encuentran sin un seguro de ninguna índole.
Pero bien, lo más preocupante de todo esto es lo que nos pasaría si un huracán se instala en nuestra isla y nos destruye como pasó en Puerto Rico y acaba de pasar en Las Bahamas, donde tenemos tantas inversiones sin coberturas. ¿A quiénes vamos acudir para reparar los daños ocasionados, cuando el propio Estado no cuenta con cobertura para sus grandes inversiones, excepto Punta Catalina?