La Unión Europea aporta al desarrollo de América Latina, a través de un presupuesto que destina para la región. Sin embargo, esta forma de cooperación debe ser renovada.
Así lo precisó Diego López Garrido, vicepresidente ejecutivo de la Fundación Alternativas, quien precisó que la “política de cooperación clásica en función de la renta” debe evolucionar dentro de las relaciones estratégicas de la Unión Europea y Latinoamérica.
“Estamos en el momento de decir: ‘bueno, la Unión Europea hace caridad cristiana y le da a ese país tanto y a este, que es más pobre, tanto’; esa ya no es la fórmula”, indicó el catedrático emérito de Derecho Constitucional de la Universidad de Castilla La Mancha.
Agregó que se “necesita la fórmula de igual a igual” y, además, modificar los acuerdo, que “tienen que ser de otra forma”.
El abogado español afirmó que “la asignatura pendiente de América Latina es la integración”. Resaltó que desarrollar una mayor vinculación entre los países permitiría mejorar las relaciones con el organismo europeo, pero que se debe trabajar “el fuerte nacionalismo que existe en Iberoamérica”.
López Garrido ofreció estas declaraciones durante la presentación del “VIII Informe sobre el estado de la Unión Europea 2019: el Parlamento Europeo ante unas elecciones trascendentales”, elaborado por la Fundación Alternativas y la Fundación Friedrich-Ebert-Stiftung, en la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode).
Sobre República Dominicana, destacó que en el país es necesario realizar una reforma del Código Fiscal, que tiene una antigüedad de 26 años. “Esa será una de las grandes tareas del futuro gobierno de República Dominicana, fruto de las próximas elecciones”.
Expresó que el país puede aprovechar las relaciones con la Unión Europea para fortalecer y mejorar las recaudaciones fiscales, tomando como punto de partida la “baja base imponible que tiene República Dominicana”.
Panorama europeo
Durante su intervención, López Garrido dijo que la situación actual de la Unión Europea es “económicamente delicada”. Añadió que “todavía no acabamos de salir de la crisis”.
“Ya se está hablando de que podemos ir a una recesión y que tiene que ver con la política de Donald Trump respecto de las relaciones comerciales y esta lucha que hay con China”, puntualizó.
Enfatizó en que esta lucha “tiene consecuencias muy negativas para el crecimiento mundial”. Además, a quien “más perjudica es a la Unión Europea, que es una región que no tiene muchas materias primas y la clave de su desarrollo es el comercio y la libertad de comercio”.
“Si no hay libertad de comercio la Unión Europea sufre, porque vive de eso”, indicó el abogado. “La Unión Europea lo que tiene es una historia de gran capacidad comercial, gran capacidad inventiva, gran capacidad productiva y de una serie de servicios potentes, pero necesita como el aire para respirar la libertad de comercio y la ausencia de proteccionismo”.
Señaló la rivalidad política que existe con Irán como uno de los problemas que afectan al organismo. Explicó que “Estados Unidos ha abandonado el acuerdo y ha creado una serie de sanciones para quienes comercien con Irán” y el país árabe ha respondido. Lo que ha “agriado la situación”. Por tanto, “no es solamente un asunto comercial o técnico, sino que va más allá por la hegemonía política en el mundo”.
Sobre el Brexit, hizo hincapié en que es “un desastre para la Unión Europea”.
Entre los factores riesgo que tiene Europa en la actualidad, el jurista señaló la libre circulación de las personas.
Entre los retos que presenta Europa el catedrático citó la necesidad de desarrollar una dimensión social, donde se establezca un salario mínimo y una pensión mínima europea.
Además, desarrollar una tasa impositiva que sea la misma en cada país de la UE, ya que empresas como Facebook o Google buscan los países donde menores impuestos se pagan para establecer su sede.
“La Unión Europea tiene que hacer una unión, no solo monetaria, como la que tiene ahora mismo, sino también económica. No tiene, por ejemplo, un sistema armonizado de impuestos, cada país pone los que les da la gana”, dijo López Garrido.
Resaltó que hay “un dumping, donde cada uno lucha contra el otro”. Añadió que “hay una lucha suicida de bajar impuestos directos para atraer empresas que se establezcan en el país”.
El experto aseguró que la revolución digital, “que cambia nuestra forma de vivir y trabajar”, también afecta el desarrollo de Europa. Sostuvo que gracias a ésta los empleos del futuro no se han creado.
Recomendaciones para la Unión Europea
La octava edición del informe sobre el estado de la Unión Europea recomienda que se mejore la estructura de la zona del euro. “En este sentido, un posible acuerdo entre las partes debería combinar, por un lado, el cumplimiento de las normas europeas en las distintas materias con la capacidad de acción rápida.
En este sentido, en materia de la reforma del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), se podría diseñar un instrumento precautorio, que solo tuviese condicionalidad que los países miembros cumpliesen las recomendaciones de la comisión”.
En materia fiscal, el documento señala que “los países deberían sentar las bases de una capacidad fiscal centralizada para promover la inversión y también para cumplir la función estabilizadora, que permita, por ejemplo, que los seguros de desempleo se financien a nivel europeo”.
“Para poder avanzar en esta dirección, se podría dotar al MEDE de una mayor capacidad para determinar la sostenibilidad de la deuda pública de los países, en línea con los ejercicios en la materia que hace el Fondo Monetario Internacional (FMI)”.
Otra recomendación del estudio, es aprovechar el repliegue de EE. UU., que “brinda oportunidades para los europeos, a pesar de sus dificultades internas: acuerdos comerciales o desarrollo con México, Mercosur, Japón, China o África”.