Algunos países europeos como Dinamarca, Alemania, y Suiza les están cobrando a los inversionistas por invertir en su deuda, es decir, estos bonos soberanos están generando intereses negativos.
Los bancos centrales implementan estas políticas monetarias expansivas no convencionales cuando bajar los tipos de interés de referencia no es suficiente (existe baja inflación o incluso deflación) y necesitan estimular aún más sus respectivas economías.
Esto último podría forzar a las entidades financieras a ofrecer depósitos bancarios con intereses negativos, obligando a la gente a pagar por mantener su dinero en el banco, lo que en teoría debe incentivar a personas físicas y jurídicas a buscar formas más arriesgadas de inversión. Y puedan conseguir mayor rentabilidad que en los depósitos tradicionales de la banca.
La pregunta que muchas personas me hacen es cuáles son los motivos que llevan a que un inversionista no cobre por su inversión. Primeramente, hay inversionistas que compran deuda con rentabilidad negativa esperando que el rendimiento baje aún más para que el precio del mismo suba, de forma de venderlo en el mercado secundario y generar una plusvalía.
Por otro lado, en el caso de las entidades financieras del sector privado, prefieren invertir en bonos con intereses negativos, que aunque se encuentren en números rojos, podrían ganar mayor rentabilidad que en los depósitos overnight de los bancos centrales (Estado).
Hay momentos en el que la volatilidad de los mercados financieros provocan que los inversores busquen seguridad en activos refugio, como renta fija de países con alta calificación de riesgo, al margen de que coticen con rentabilidad negativa. Dentro de la Eurozona hay algunos países con la máxima calificación crediticia AAA, como Holanda, Luxemburgo y Alemania.