En su reciente disertación ante el foro de la Cámara Americana de Comercio, el director general de Impuestos Interno, Ing. Magín J. Díaz, puso en debate, de manera firme y decidida, y con arrojo, un tema que requiere la ponderación y la atención del país, la necesaria revisión del Código Tributario Dominicano, instituido mediante la Ley 11-92, promulgada el 16 de mayo del 1992.
“Debo advertir además que el sistema tributario no resiste la postergación de una reforma profunda que actualice el Código Tributario, vigente hace más de 25 años, muy rezagado con relación a lo que son la economía y la sociedad de hoy. Esta es una tarea que debemos asumir bajo consenso, con determinación, espíritu de equidad y sin populismo político ni populismo corporativo”, expuso Magín Díaz en su comparecencia ante una de las matrículas empresariales más influyente del país.
Estamos hablando de un marco legal que casi llega a los 30 años de vigencia, 27 años para más exactitud. Y es que ciertamente requiere de determinación, consenso, discusión abierta y amplia, equidad y sobre todo que produzca resultados en términos de lograr una nueva legislación que consiga actualizarlo y adecuarlo a los requerimientos de la sociedad actual y a los cambios que han impactado nuestra economía.
Para tener una idea de que tan necesaria es la revisión y actualización del Código Tributario Dominicano, solo deténgase a analizar el reto que supone para los países la economía digital, aspecto que no está contemplado por el Código actual ni en las modificaciones que ha sufrido en los últimos años.
Las leyes y los códigos se construyen con visión de futuro, de tal manera que sean robustos en términos de cumplir su rol de regular lo más ampliamente posible los sistemas económicos.
Varias modificaciones de leyes han tocado algunos aspectos del Código Tributario actual, tales como la Ley No. 253-12; la Ley No.166-97; la Ley No. 253-12; la Ley No. 147-00; la Ley No.225-01; la Ley No. 227-06; la Ley 495-06; la Ley 173-07; la Ley 13-07, entre muchas otras, pero en ninguno de los casos se ha producido una modificación profunda de nuestra legislación tributaria.
La revisión puede ser para mantener algunos aspectos vigentes, mejorarlo o un cambio profundo, pero se precisa que como nación abordemos este tema. Quizás no sea el momento adecuado por la coyuntura electoral que está encima del país, pero desde ya requiere abordarlo e incluso debe formar parte de la agenda de debate y discusión de diversos foros profesionales, empresariales, incluso considerarlo para las propuestas y discusiones de quienes aspiran a cargos electivos y ver de esta manera su visión sobre un tema tan trascendental para el país.