El manejo de riesgos es una oportunidad de negocios para las empresas del sector seguros. En República Dominicana ha habido un desarrollo que sirve de referencia en la región. Sin embargo, aún hay importantes retos respecto a la creación de una cultura sobre la importancia de estar asegurado ante cualquier eventualidad.
Los dominicanos, por lo general, adquieren una póliza por obligación. Los temas más emblemáticos son vehículos, hipotecas y salud, en cuyos casos sería imposible acceder sin la adquisición de una póliza que asegure la inversión. Se ha preguntado usted qué es lo que se asegura cuando financia una vivienda. ¿Es el préstamo o el inmueble?
Las empresas del sector, ha de esperarse, deben operar en un esquema de competencia con suficiente equidad, a fin de garantizar la existencia de todas y no una sobre las demás. Por suerte, y esto está sustentado en los números, el sector seguros en República Dominicana se afianza con el pasar de los años.
Según la Superintendencia de Seguros, los ramos de mayor crecimiento con relación al año anterior son Salud, que creció un 36.6%, siendo a su vez la de mayor participación, con un 25.5%, y Vida Individual con un incremento de un 23.5%.
Es pertinente decirlo: el ramo de Salud tiene una participación de un 59.1%, la más alta del sector, lo que coincide con la mudanza de cartera que hizo Humano Seguros desde 2016, que pasó a ser una aseguradora más del sistema, a pesar de que se inició, por lo menos en esta parte, bajo el amparo de la Ley de Seguridad Social. Colectivo de vida ocupa el 22.5% y rentas un 13.8%.
La Cámara Dominicana de Aseguradores y Reaseguradores (Cadoar) está en la obligación de velar por el buen funcionamiento y la defensa de sus asociados, pero también debe tener el deber de que el mercado opere con la garantía que merecen los clientes y asociados.
La única apuesta a la que debe aspirar el sector seguros, ahora que hay jugadores con una mayor capacidad de competencia, es a seguir creciendo con equidad, con las reglas lo suficientemente claras y con la confianza que debe generar en todos los usuarios. A las autoridades, por supuesto, les toca lo lógico: fiscalizar.