Cuando visitamos cualquier país o ciudad, lo primero que nos impacta son las calles, la gente moviéndose y, sobre todo, el tránsito vehicular. Este comportamiento indica que hemos llegado a un país en orden, desarrollado, disciplinado, o todo lo contrario.
Pero lo que más llama la atención es que por indisciplinados que seamos en nuestros países nos sumamos a las reglas una vez llegamos, principalmente conscientes que sus violaciones nos pueden costar y crear dificultades que nos harán desgraciada nuestra estadía.
Pues comprendiendo estas circunstancias y sumándole el costo social y económico de nuestra indisciplina conductual, que comprende no respetar el derecho de los demás, donde nos violamos todas las reglas de tránsito, no entiendo por qué nuestros políticos en campaña no tienen el tema en su agenda.
Esto así porque es un gran problema que afecta a todos los ciudadanos votantes y sobre todo a los que ellos dicen defender que son los más pobres, quienes aportan la mayor cantidad de muertos y heridos y un ejército de jóvenes inválidos cada año por los fatídicos accidentes de tránsito.
En todo esto resaltan los motoristas que circulan como chivos sin ley en todas nuestras calles avenidas, callejones, aceras, y hasta en los pasillos de los edificios. Me preocupa sobremanera que a pesar de las grandes pérdidas que el mismo Estado tiene con los accidentes de tránsito, tanto por atenciones hospitalarias y los muertos y lesionados, como reponiendo las pérdidas de los bienes públicos, más la suma de los males sociales que implica, no se le haya puesto más atención a regular el tránsito.
Es necesario y urgente obligar a que todo el que transite en un vehículo de motor tenga un seguro vigente para pagar todos los daños que producen, como establece la Ley 63-17 en su Sección IV artículo 216. No es justo que los vehículos pesados y más aún los autobuses tengan defensa ilegal para chocar a los terceros y no se hagan responsables de sus daños.
Los motoristas se llevan de encuentro a la gente, sobre todo humilde, caminante, ocasionando lesiones sin que no tengan para indemnizarlos. Los pasajeros de los taxis, carros públicos y autobuses se lesionan y nadie responde por ellos. Tenemos que someter todas estas malas conductas y con las multas podemos mejorar, porque el bolsillo es el órgano que más duele.
El Intrant debe exigir a Impuestos Internos que al renovar la placa o comprar la primera, todo conductor tenga el seguro al día del vehículo como requisito, ya que es una obligación por ley. Con esto iríamos reduciendo los costos del Estado y que la familia de los afectados pueda recibir indemnizaciones de los seguros por los daños recibido por los vehículos de motor.
Vivimos en una sociedad indisciplinada, que no podremos seguir avanzando más rápido si no sometemos a cumplir con las reglas de las buenas prácticas y responsabilidades. Si hacemos cumplir la ley nos irá haciendo mejor sociedad y es donde debe estar la simiente de las propuestas políticas de los partidos.
A la gente debe enseñársele a respetar las reglas, porque por lo que estamos viendo, los violadores no obtienen sanciones, aprovechándose de la gente buena. Esto empuja a que todos estemos incentivados a hacer las cosas como nos convenga sin importar pisotear los derechos de los demás.