Nueva vez los datos ofrecidos por la Dirección General de Crédito Público dan cuenta del ritmo creciente de la deuda pública dominicana, tanto la del Sector Público No Financiero, la Consolidada, la Externa y la Interna. Obviamente, todas forman parte de un mismo entramado y de un mismo esquema de funcionamiento y desempeño de la economía. Sin embargo, hay detalles que apuntar que, desde nuestro juicio, son relevantes.
Independientemente de los datos, algunos estudiosos han asegurado que, en los últimos años, la expansión económica de República Dominicana en alguna medida estaba explicada por el aumento en el nivel de deuda.
Sin embargo, si se analiza el comportamiento del Indicador Mensual de Actividad Económica (IMAE), publicado por el Banco Central, en su versión interanual, se observará una ralentización de la economía, al tiempo que la deuda pública consolidada crece en más de US$5,600 millones. Más aun, para el trimestre abril-junio de 2019 se muestra una preocupante disminución en el IMAE (junio 2019 =2.6), mientras que, en ese mismo período, la deuda avanzaba alrededor de US$2,400 millones.
Esto podría implicar varias cosas, primero, que los teóricos están equivocados en su análisis y no existe tal correlación positiva y, segundo, que ha llegado un momento en que los niveles en que está incrementándose dicha deuda son insuficientes para provocar una mayor expansión de la actividad económica.
Un argumento adicional que podría plantearse es que el uso que se le estaría dando a los recursos tomados en préstamos, no están yendo a parar a inversiones redituables para la economía dominicana, lo cual se establece como una posibilidad.
Ahora bien, independientemente de lo anterior, lo cierto es que el ritmo con el que ha estado creciendo la deuda pública, interna o externa, desde 2000 a la fecha, debería ser de preocupación para las autoridades gubernamentales y, por qué no, para toda la población. Veamos algunos datos. En 19 años el monto total de la deuda pasó de US$3,243.6 millones a US$34,626.2 millones, para un incremento de más de US$31,300 millones, manteniendo un ritmo de crecimiento promedio anual de un 14.1%.
En el caso de la deuda interna, la expansión promedio anual fue de un elevado 27.8%, en tanto que la deuda externa creció un 12.4%, también promedio anual, para el período analizado.
Otro elemento a destacarse es que la deuda en bonos soberanos representa ya un 42.7%, manteniéndose el hecho de que este tipo de deuda tiene casi siempre, en relación a los préstamos con organismos multilaterales, una tasa interés más alta y períodos de pago más cortos. Nosotros nos acogemos a lo que dijo el Presidente, “si no se reduce el déficit fiscal, el próximo gobierno no podrá hacer nada porque no habrán recursos”.