Santo Domingo.- La electricidad cara será cosa del pasado, es más, 2045 aguarda como el año en el que la humanidad superará uno de sus mayores desafíos: la obtención barata de la energía que mueve casi todos los aspectos de la vida moderna, de forma sostenible y amigable con el medio ambiente.
¿Pero cómo? Por medio de un ingrediente fundamental: el abaratamiento constante de los materiales para la producción solar y eólica, según José Luis Cordeiro, ingeniero mecánico del Instituto Tecnológico de Massachusetts.
Para afirmarlo, el experto ilustra los efectos de la Ley de Moore y las principales tendencia mundiales en materia energética. En términos generales, la ley empírica emitida en 1965 por Gordon Moore, fundador de Intel, establece que cada año se duplica la velocidad y el poder del procesamiento de las computadoras, lo que usualmente se ha extrapolado hacia otras áreas, como la energía.
El sector de la energía está cambiando constantemente, puesto que los componentes básicos de la biotecnología y de los paneles solares es la misma. “Las cosas son más pequeñas, más baratas y mejores”, según el experto.
Así Riveiro considera que en 20 años, el 90% de la energía que consumirá el mundo procederá de los rayos solares, debido a la continua multiplicación de la tecnología del sector y el abaratamiento de los costos iniciales de inversión, produciéndose lo que cataloga como “un tsunami solar”.
Estas tendencias producirían cambios sustanciales en la dinámica mundial, pues dentro de 15 años no se necesitarán las reservas petroleras de Venezuela (las más grandes del mundo), según el experto, quien también es profesor universitario en Estados Unidos y Asia. “Una de las cosas que van a ocurrir en tres décadas es que la energía va a ser gratis. Y escucharon bien: gratis”
Se espera que entre 2029 y 2045, la inteligencia artificial alcance y luego supere a las capacidades humanas. Afirma que en 30 años la humanidad tendrá dispositivos del tamaño de una memoria USB con mayor poder de procesamiento que el cerebro humano.
Un ejemplo que podría ilustrar esta transformación es que los científicos lograron obtener la primera secuencia del genoma humano en trece años (1990-2003) y costó US$1,000 millones, mientras que hoy el genoma puede secuenciarse con un dispositivo que cabe en la palma de la mano a un precio de US$1,000 en 10 días. “Estimamos que en 10 años usted va a secuenciar su genoma en un minuto por US$10”, asegura Cordeiro, quien fue el orador invitado del Almuerzo Mensual de la Cámara Americana de Comercio (Amcham-DR).
Así, las próximas décadas transformarán radicalmente la industria más importante del mundo, que mueve US$8 billones anuales, pues la energía es necesaria para gran parte de las acciones modernas.
Estas trasformaciones se confirman con los cambios que se han producido en naciones del norte de Europa y estados insulares, donde se depende cada vez menos de combustibles fósiles.