El verano caluroso y el hecho de que los niños están disfrutando de sus vacaciones escolares se conjugan para darnos un buen pretexto para visitar en familia atractivos turísticos y educativos, como el Acuario Nacional.
Pero resulta un poco chocante el descuido que se percibe dentro de esta institución llamada a educar a los estudiantes, y a toda la población, sobre las características de las distintas especies marinas, así como sobre la necesidad de su preservación. Esta institución también debe representar un atractivo para turistas dominicanos y extranjeros que visitan el Gran Santo Domingo.
Parqueos precarios, un entorno urbanístico descuidado, iluminación escasa en su interior, una baja exhibición de especies, algunas peceras fuera de servicio y, sobre todo, los cristales sucios y empeñados son solo algunos de los problemas que se ven a simple vista en el Acuario Nacional.
Nada que ver con el esplendor que tuvo en sus inicios la entidad creada bajo el mandato del Decreto Presidencial 245-90, del 22 de julio de 1990.
Será falta de voluntad o recursos económico. Para este año el acuario tiene asignado en el Presupuesto Nacional un monto de RD$92,807,444, de los que el 92.9% (RD$82,617,444) será destinado a gastos corrientes.
Sí. Hemos escrito mil veces que la gestión de Danilo Medina se ha propuesto que el país reciba diez millones de visitantes extranjeros cada año a partir del 2022. Pero esta meta requiere de que todos los sectores se afinen con un propósito y cuidar el acuario debería ser prioritario para convertirlo en un atractivo para los turistas.