La lucha contra el cambio climático y las numerosas exigencias sociales y legales en cuanto a las buenas prácticas y la responsabilidad social corporativa están modificando la visión de las empresas locales e internacionales respecto de las consecuencias ambientales, climáticas y sociales de sus decisiones y estrategias de negocio, especialmente en sectores empresariales cuya actividad tiene un gran impacto en el medio ambiente.
La actitud de las comunidades de inversión y préstamos hacia los factores ambientales, sociales y de gobernabilidad está cambiando en América Latina y el Caribe, están comenzando a ofrecer servicios de financiamiento verde y sostenible que articulen y favorezcan la inversión para el crecimiento y el desarrollo de empresas capaces de buscar y encontrar soluciones a los problemas implementando proyectos y programas empresariales, privados y públicos dedicados a enfrentar el cambio climático, mitigación de emisiones de CO2, retención y captura de carbono, el agotamiento de los recursos naturales, la pérdida de biodiversidad y la contaminación del aire, agua o suelo; así como la adaptación, desarrollo de capacidades, transferencia y difusión de tecnología.
Los temas verdes se han convertido en una tendencia mundial; cada vez hay más accionistas que se interesan en invertir en empresas que desarrollan una estrategia sustentable con actividades económicas de baja emisiones de carbono o relacionadas en la mitigación del cambio climático.
En los últimos años, el financiamiento verde ha despertado un creciente interés. La comunidad internacional conoce la necesidad de canalizar fondos a países en desarrollo para ayudarlos a mitigar los impactos del cambio climático y adaptarse a ese fenómeno.
La preocupación por el medio ambiente y el cambio climático está empezando a filtrarse entre los riesgos tomados en consideración por los bancos, gestoras o fondos a la hora de analizar la viabilidad de las inversiones más allá de la rentabilidad.
La finanza verde ha pasado a ser un catalizador que está impulsando cambios de paradigma en el terreno financiero y en los modelos de crecimiento económico.
Las finanzas verdes son un subconjunto de las finanzas sostenibles y su objetivo es la generación de beneficios medioambientales. Las entidades financieras desempeñan un papel esencial en la financiación de la transformación hacia una economía y un sistema financiero sostenible, su principal contribución radica en proporcionar apoyo y soluciones financieras para proyectos y empresas sostenibles.
Las nuevas tecnologías pueden ayudar a capturar y convertir los datos medio ambientales, sociales y de gobierno corporativo en datos útiles para los negocios, un volumen cada vez mayor de datos ahora está disponible para análisis, y el bajo costo actual de la informática lo hace asequible. La mayoría de los bancos apenas comienzan a aprovechar el poder de los datos disponibles para obtener información comercial útil.
Los fondos del sector público son escasos e insuficientes para logras los objetivos de desarrollo sostenible y conseguir grandes avances de desarrollo en los lugares mas necesitados, por lo que la participación del sector privado se convierte en parte importante de las soluciones de desarrollo sostenible.
Para lograr la integración de la finanza sostenible en el sistema financiero y en el modelo de crecimiento económico se debe actuar de manera coordinada a corto plazo clasificando las actividades sostenibles y a mediano plazo concluyendo la transición hacia una economía menos dependiente del carbono.
A medida que las finanzas verdes se hagan más comunes, el mercado reconocerá más los beneficios que el desempeño medioambiental y social aporta a los negocios.