El turismo, el gran motor de la economía dominicana, representa no solo una importante parte del producto interno bruto (PIB), sino también nuestra “marca-país” y fuente de generación de empleos. Sin embargo, se ha desarrollado al amparo de normas muy anticuadas, una gran parte que datan de hace más de veinte años, y es necesario actualizarlas para que sean acordes con las nuevas exigencias del mercado internacional.
A pesar de que el Ministerio de Turismo y las otras autoridades competentes dictan regulaciones y toman medidas de tiempo en tiempo para viabilizar proyectos turísticos, no es menos cierto que las leyes son la fuente más importante de nuestras normas. Por ende, se debe evaluar la adecuación legislativa en varios aspectos del tema turístico.
En primer lugar, se debe incluir la figura del tiempo compartido (time sharing), una estructura común alrededor del mundo, pero no es reconocida en nuestro país. Esta modalidad implica la titularidad parcial de un determinado inmueble, por tiempo determinado, sujeto a ciertas condiciones contractuales. En el Congreso Nacional ha cursado un proyecto de ley para estos fines, pero debe ser analizado y discutido para ser retomado.
Segundo, los grandes proyectos turísticos privados que se desarrollan al amparo de una “declaración maestra” deben ser respaldados por una ley que los regulen. En estos proyectos, todas las residencias quedan sujetas a la misma regulación común, asegurando la uniformidad y valor en el proyecto. Actualmente, este tipo de proyecto se desarrolla por una vía contractual (entre las partes), pero la misma no resulta adecuada para estos fines.
Tercero, se debe establecer un régimen de derechos y obligaciones más claros respecto a los resorts y turoperadores frente a sus clientes. Esto redundaría en beneficios para ambas partes: los operadores tendrían reglas claras que pueden cumplir, en vez de sujetarse al criterio establecido caso por caso, y los clientes también tendrían claridad frente a las normas que les protegen. Aunque los reguladores del sector han establecido algunas normas en este sentido, urge un marco más amplio y comprensivo.
En vista de que el turismo es tan importante para nuestro país, debe ser una prioridad legislativa adecuar y actualizar las normas legales para incentivar el crecimiento del sector. Esta revisión debe ser realizada de la mano con el sector privado y de entidades de interés público, para que el producto legislativo sea alcanzado vía el consenso y represente una verdadera herramienta para el desarrollo. De esta forma podremos asegurar que el crecimiento en el sector durante los próximos 20 años sea hasta mayor del que le antecedió.