Es entendible que tengamos dudas a la hora de elegir un préstamo con interés variable o un crédito con interés fijo. Si optamos por un tipo fijo sabremos de antemano que las cuotas serán siempre las mismas durante el plazo del préstamo, aunque probablemente el tipo de interés inicial será más alto que con la otra alternativa.
Por otro lado, si elegimos el crédito con interés variable, comprobaremos, que en principio, las cuotas seguramente se situarán ligeramente por debajo de la tasa activa (del tipo de préstamo que se solicite, es decir, hipotecario, consumo o comercial) prevaleciente en el mercado en ese momento (más un diferencial). De entrada, pagaremos cuotas más bajas, pero eso no garantiza que a medio o largo plazos no subirá el importe total.
A la hora de comparar entre un préstamo de tasa fija con otro de interés variable, también resulta muy importante tomar en cuenta la devaluación de la moneda local, en este caso del peso dominicano frente al dólar estadounidense. Si opta por un préstamo en dólares americanos con tasa fija, ciertamente las cuotas serán las mismas, pero cada vez tendrá que comprar dólares más caros debido a la devaluación del peso.
En sentido general, si los tipos de interés están bajos, pero seguramente incrementarán, sería recomendable fijar la tasa de su crédito en ese momento. Por el contrario, si se prevé bajadas en los tipos de interés (dependiendo del plazo del préstamo), entonces le podría resultar beneficioso contratar un préstamo a tasa variable.
En fin, cada empresa y/o persona tiene una situación financiera diferente, por lo que el préstamo a una tasa variable o fija dependerá de cada caso en concreto.