En el libro “El monje que vendió su Ferrari”, de Robin Sharma, el autor se refiere a un lugar mágico en la cordillera del Himalaya por India, llamado Sivana donde el protagonista de la obra, Julian Mantle, transforma su vida.
En República Dominicana (RD), país ubicado en el trópico caribeño y que está “en el mismo trayecto del Sol”, como dijera el poeta nacional dominicano, Pedro Mir, existe un lugar igualmente mágico. Me refiero al municipio turístico, que pertenece a la provincia La Vega, llamado Jarabacoa.
Es un jardín, un paraíso terrenal, enclavado en las montañas de la Cordillera Central, con opciones diversas que van desde un lugar que le llaman “Jamaca de Dios” en el que se puede tener una casa de campo, que tiene su propio restaurante con una parte giratoria y una vista impresionante, hasta una propuesta de casa campesina, donde el visitante podrá vivir la experiencia del campesino dominicano, pero con las comodidades del mundo de hoy. Un restaurante llamado “Alta Vista”, donde comer en la cima de una montaña es un placer como ninguno, además de que ofrecen un recorrido en helicóptero.
Todos los lugares del municipio ofrecen las facilidades y reúnen los requisitos de tranquilidad y contacto con la naturaleza, al que se refieren el autor del libro cuando se refiere al Sivana, para alcanzar ese estado de satisfacción único que se conoce como Nirvana, donde se puede pasar una temporada practivando los ritos para lograr el esclarecimiento, la mejora continua del yo interior conocido como Káisen, que luego se expresara en mejora exterior y material, así como lugares para definir el Darma u objetivo de la vida.
En Jarabacoa, sin lugar a dudas usted podrá satisfacer sus necesidades de diversión, así como de transformación interior. Adelante, lo esperamos.