La tecnología ha revolucionado la manera de mantener muchos hábitos. Fumar es uno de ellos. La transformación de la industria del tabaco es evidente y se puede observar en los cigarrillos electrónicos, que aunque no todos contienen tabaco, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) los clasifica como productos de “tabaco”.
La Tercera Cumbre Anual de Cigarrillos Electrónicos de Estados Unidos se enfocó en el marco regulatorio, la iniciación juvenil y sus implicaciones para salud pública.
Los aparatos modernos para fumar son conocidos por diferentes nombres: e-cigs, sistemas electrónicos diseñados para suministrar nicotina (ENDS), sistemas alternativos para suministrar nicotina (ANDS), hookah, vaporizadores, vapes, pipas y sistemas de tanques.
Steven A. Schroeder, director del Centro de Liderazgo para Dejar de Fumar, explicó que existe mucha incertidumbre sobre los daños y beneficios de los cigarrillos electrónicos. En ese sentido, recomienda más y mejor ciencia, mejor comprensión de la eficacia de los enfoques regulatorios y mayor responsabilidad al momento de sacar las conclusiones de los estudios de investigación.
Además, sugiere educar al público sobre los peligros de la nicotina y el tabaco combustible, así como proteger a los jóvenes de las consecuencias de la exposición a la nicotina.
Iniciación juvenil
El uso actual de cigarrillos electrónicos es notablemente mayor entre los jóvenes que en los adultos. De acuerdo con Brian-King, director adjunto de la Oficina Fumar y Salud, uno de cada cinco estudiantes de secundaria y preparatoria ha visto en la escuela JUUL, una marca de cigarrillo electrónico que se parece a unidades flash USB (memorias), se pueden cargar en una computadora y son fáciles para esconder.
Mientras que tres de cada cuatro jóvenes que lo usaron dicen que lo obtuvieron en una tienda física. En tanto, el 63% de los usuarios de 15 a 24 años de edad no sabían que la nicotina está siempre en el dispositivo.
Aunque las disminuciones en el uso se produjeron durante el período 2015-2017, en 2018 se produjo un aumento sin precedentes en el uso de los jóvenes. Es por ello que King aseguró que existen oportunidades para mejorar los esfuerzos de vigilancia existentes.
Peter Hajek, del Instituto Wolfson de Medicina Preventiva, señaló que el “vapeo” (inhalar el vapor de esos aparatos) a largo plazo puede producir algunos efectos pulmonares negativos.
No obstante, aseguró que también puede haber efectos positivos. Según el Eurobarómetro 2017, el 7% de los ex fumadores en la Unión Europea dejó de fumar con todos los medicamentos con licencia juntos y un 6% lo logró con el uso de cigarrillos electrónicos.
Ventas de cigarrillos electrónicos
Jonathan Foulds, del Departamento de Ciencias de la Salud Pública del Colegio de Medicina de Penn State, manifestó que en Estados Unidos, en ausencia de declaraciones de propiedades saludables, los cigarrillos electrónicos están regulados por el Centro de Productos de Tabaco en la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA-CTP).
Esa entidad anunció un plan integral para la regulación del tabaco que implica reducir el contenido de nicotina permitido en los cigarrillos a niveles mínimamente adictivos, al tiempo que permite que los productos regulados no inflamables de nicotina permanezcan en el mercado.
A medida que esto avance, llegará un punto de inflexión en el que ya no será necesario que algunas de las principales compañías de cigarrillos se opongan a la regulación. En cambio, su opción más sensata será aceptar la desaparición de cigarrillos adictivos y centrarse en productos no quemados en su modelo de negocio.
Si bien las principales compañías de cigarrillos se opondrán a la implementación de esta estrategia a través de litigios durante muchos años, ya están plenamente conscientes de que ya existe una disminución en las ventas de cigarrillos en Estados Unidos y un incremento en las ventas de cigarrillos electrónicos.
El cambio porcentual en el número de cigarrillos vendidos (y entregados) en Estados Unidos, en comparación con el año anterior, ha sido negativo en los últimos 18 años (2001-2018), según el informe emitido por la Comisión Federal de Comercio de Cigarrillos en febrero de este año.
En 2000, los fabricantes de cigarrillos reportaron haber vendido 413.9 billones de cigarrillos en Estados Unidos y en 2017 habían caído a 229.1 mil millones. Eso significa una disminución de un 44.6% en las ventas anuales de cigarrillos (184.8 billones menos de cigarrillos vendidos por año).