El embajador dominicano en Trinidad y Tobago, José Serulle Ramia, está a punto de cumplir diez años como representante diplomático en este país del Caribe inglés. Con toda seguridad, sobre todo por los resultados que asegura ha tenido en su gestión, expresa satisfacción del deber cumplido. Se define como un ciudadano al servicio de los mejores intereses de República Dominicana.
Una de sus metas, luego de presentar cartas credenciales, es cambiar la percepción de aislamiento que siente el Caribe inglés de parte de los países de habla hispana. Reconoce, sin embargo, el fuerte vínculo que hay entre Trinidad y Tobago y Cuba. Ese poco o tímido acercamiento, estima, es lo que ha dificultado, en gran medida, el establecimiento de relaciones comerciales más cercanas, aunque destaca las ventajas del acuerdo firmado con Caricom a través del Cariforo.
Serulle Ramia, que por razones de tiempo como embajador es el decano de las legaciones diplomáticas en este país, resalta las ventajas comparativas y competitivas que tiene República Dominicana en términos impositivos. Sin embargo, indica que Trinidad y Tobago es un país muy riguroso en su política sanitaria y hasta cuando Estados Unidos pone veda a cualquier producto repercute de inmediato en este mercado.
Uno de los puntos que destaca de su gestión es que ha logrado conformar un equipo con un sentido de hermandad, que se pone de manifiesto en el interés de representar al Estado dominicano ante todo. “Están sometidos tanto aquí como cuando los envío a República Dominicana a cumplir cualquier misión”, sostiene.
Entre sus tareas, explica, está la de mantener y fortalecer vínculos con empresarios dominicanos con miras a que hagan negocios en Trinidad y Tobago. En ese sentido, señala que ha habido importantes logros que mostrar en cuanto a la entrada de productos agrícolas, plásticos y manufactura.
Respecto al recelo que pudo haber en el pasado, sustentado en la capacidad que tiene República Dominicana frente a los países del Caricom, el diplomático asegura que esa percepción se ha ido eliminando. De hecho, afirma, en el caso de Trinidad y Tobago se ve como una relación ganar-ganar, pues en éste y otros casos hay productos que por necesidad deben importar. Del mismo modo, estima, el petróleo y el gas que llega al mercado dominicano procedente de esta nación supera en valor los US$1,000 millones.
Uno de los logros que más destaca es la participación del país en diez ediciones de la Trading and Investment Convention (TIC), que es el cónclave o convención de comercio que se desarrolla en todo el Caribe de habla inglesa. Explica que en algunas de las ediciones República Dominicana ha participado hasta con 25 empresas de las áreas agrícola, manufacturera y otras. Estima que alrededor del 20% de los que han venido a la feria han hecho algún tipo de negocios con el mercado de Trinidad y Tobago.
“Nuestras empresas están llamadas a fortalecerse internamente, a innovarse; a ser empresas dinámicas y no sólo pensar en el comercio del mercado interno, sino también de llegar a ciertos niveles de producción que les permitan expandirse y colocarse en el comercio exterior. Nuestro país necesita divisas y las exportaciones representan la vía para lograrlo”, apunta el embajador dominicano.
El diplomático invitó a los empresarios dominicanos a ser más agresivos con miras a lograr mejor posicionamiento en el mercado exterior, sobre todo con los mercados cercanos. A su entender, República Dominicana debería tener una mayor ponderación en la importación de alrededor de US$5,000 millones que importa Trinidad y Tobago en alimentos.
Serulle Ramia resalta el papel que juega la comunidad dominicana en la economía, principalmente a través del comercio y otros servicios, pero también en el sector de la construcción. Aunque admite que hubo momentos de incertidumbre respecto al tipo de inmigrantes, asegura que la calidad de los que llegan al país ha ido mejorando, pues muchos son técnicos en áreas muy especializadas. Estima en 20,000 la población dominicana en esta nación caribeña, aunque estima que una gran parte flotante.
El diplomático explica que durante su gestión se han logrado excelentes relaciones con tres de los cuatro ayuntamientos más importantes de Trinidad y Tobago, lo que ha servido para no sólo mejorar la presencia de República Dominicana en el país, sino que se logran intercambiar experiencias sobre la gestión de las ciudades.
Hace aproximadamente 12 años que los dominicanos pueden visitar a Trinidad y Tobago sin necesidad de visado, lo que a juicio de Serulle Ramia ofrece la facilidad de viajar, de mejorar el intercambio comercial y cultural, pero también de fortalecer las relaciones bilaterales en todos los demás órdenes sociales y económicos.
Sin embargo, como riesgo o parte negativa señala que esta disposición del Estado trinitense puede ser aprovechada para actividades ilícitas, al tiempo de que un oficial de migración, si el visitante no lo convence, puede devolverlo del aeropuerto. “No te depuran a nivel de visado, pero cuando llegas aquí entonces sí te revisan bien”, explica.
Acerca de José Serulle Ramia
El embajador José Serulle Ramia es el decano del cuerpo diplomático acreditado en Trinidad y Tobago y representante de República Dominicana ante la Asociación de Estados del Caribe (AEC).
Ha sido un abanderado de la defensa de la democracia y de los derechos humanos. Es el embajador dominicano en Trinidad y Tobago desde 2009 y por ser el de mayor tiempo es quien sirve de referente ante las demás legaciones en ese país del Caribe inglés.
En 2015 presidió la reunión de AEC en nombre de República Dominicana, destacando el rol que debe jugar la Comisión del Mar y el aporte permanente que hace para contribuir al desarrollo sostenible de toda la región del Caribe. Además, fue Embajador en Haití (2004–2009), vicerrector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (1984-1987) y profesor de Economía en esa universidad (1978-2004). También es presidente-fundador de la Fundación Ciencia y Arte y coautor de varias obras y decenas de artículos de economía, junto a la doctora Jacqueline Boin.