Santo Domingo.- Estados Unidos no ha ratificado las últimas reformas aprobadas en el seno del Fondo Monetario Internacional (FMI) en 2010. Su directora general, Christine Lagarde, no está conforme con esta postura y la califica de “decepcionante”. La negativa de la nación norteamericana ha frenado cambios trascendentales a lo interno que se traducirían en mejores niveles de equidad entre los países miembros.
¿Por qué Estados Unidos ha desoído el llamado del directorio del FMI para que ratifique las reformas en el organismo financiero internacional? La respuesta está directamente relacionada a que los cambios influyen directamente en el control del organismo y los estadounidenses no están dispuestos a ceder ni un ápice.
Se necesita un mínimo de 85% de los votos básicos y Estados Unidos posee el 16.74%, lo que impide cualquier proceso de cambios sin su intervención.
Los países miembros del FMI le han pedido a Estados Unidos que ratifique las reformas en diversas oportunidades. ¿De qué se tratan estos cambios? Las nuevas reglas de juego a lo interno del organismo amplían la representación de los países de mercados emergentes, especialmente el régimen de cuotas y estructura de gobierno interno, lo que según Lagarde ayudaría a mantener la potencia financiera de la entidad para asumir los desafíos que se avecinan.
Y desde el punto de vista estratégico Estados Unidos tiene razón. De aprobar los cambios, China se convertirá en el tercer país miembro más grande del FMI, y cuatro Estados de mercados emergentes y en desarrollo dinámico: Brasil, India y Rusia, igual que China, se encontrarán entre los 10 principales accionistas del organismo.
“No puedo dejar de expresar mi profunda decepción ante los poderes políticos que hasta ahora no han logrado asimilar las ventajas de la reforma tanto para su propio país como para el resto del mundo. Estados Unidos ha dado mejores ejemplos en los últimos 70 años”, expresó Lagarde en un discurso que tituló “Tres misiones Rosetta para la economía mundial en 2015”, dictado en Washington el 15 de este mes a propósito de la reunión del directorio pautada para finales de esta semana.
La directora general del Fondo es categórica cuando afirma que no hay más alternativa que completar las reformas de 2010, por lo que llama al Congreso de Estados Unidos para que ponga en agenda el tema y apruebe las reformas que solicitan los otros 187 miembros del organismo.
En diciembre del año pasado hubo un llamado similar a Estados Unidos para que apruebe las reformas, pero también desoyó. Lagarde que sostiene la adopción de estas transformaciones en el régimen de cuotas y la estructura de gobierno del FMI sigue siendo esencial para reforzar la credibilidad, la legitimidad y la eficacia de la entidad, lo cual asegura suficientes recursos permanentes para atender las necesidades de los países miembros.
“El gobierno de Estados Unidos me ha comunicado que las reformas no están incluidas en la legislación presupuestaria que está actualmente en el Congreso. He expresado a las autoridades estadounidenses mi profunda decepción y espero que continúen trabajando para lograr la pronta ratificación de estas reformas”, sostuvo la principal ejecutiva del Fondo en otra declaración en diciembre de 2014.
Todo indica que ceder espacio dentro del organismo no está en la agenda de Estados Unidos. Las reformas aprobadas, entre otros aspectos, incluye una enmienda del Convenio Constitutivo que requiere la aceptación de tres quintas partes de los países miembros, que representen el 85% del número total de votos. El resultado será un aumento del 100% de las cuotas totales y una reorganización de la participación relativa que debería mejorar la evolución de cada país miembro del FMI en la economía mundial.
Los cambios a implementar complementan las reformas de 2008, en vigor desde marzo de 2011, las cuales refuerzan la representación de economías dinámicas mediante el aumento de las cuotas a 54 países y robustecen la voz y participación de naciones de bajo ingreso, pues los votos básicos fueron aumentados casi al triple.
Si se toma la reforma de 2008, la decimocuarta revisión general de cuotas comprende, entre otras cosas, la duplicación de las cuotas de aproximadamente DEG238,500 millones (derechos especiales de giro) a 477,000 millones, equivalentes a casi US$737,000 millones al cambio corriente. Una redistribución de más del 6% de las cuotas relativas de los miembros “sobrerrepresentados” iría a los “subrepresentados”.
La conclusión de la decimoquinta revisión general de cuotas fue fijada por la Junta de Gobernadores para enero de 2015.
Como explica el organismo financiero en su página, las suscripciones de cuotas constituyen un componente central de los recursos financieros del FMI. A cada país miembro se le asigna una cuota, que se basa, en líneas generales, en su posición relativa en la economía mundial. La cuota de cada país determina el tope de sus compromisos financieros frente al Fondo y su número de votos en la institución, y ayuda a determinar su acceso al financiamiento.