La generación de nuevos empleos es uno de los mejores indicadores para presionar la reducción de la pobreza y la mejora de la calidad de vida de la gente.
Sin embargo, para que los empleos impacten de forma positiva en la economía es necesario que sean formales y que además el nivel salarial que se pague esté en niveles mínimos de suficiencia.
En el caso de República Dominicana no ocurre ni una cosa ni la otra. Se estima que el 44% de los empleos formales en el país tienen asignados salarios por debajo de los RD$10,000 mensuales. Esa situación se agrava al observar que los empleos informales son el 55% del total de empleos que se generan en la República Dominicana.
Las estadísticas oficiales sobre el mercado laboral son las que ofrece el Banco Central, a pesar de que su metodología de medición no es precisamente la más adecuada.
El Banco Central realiza cada año dos encuestas de fuerza de trabajo, una en abril y otra en octubre. Con base en los resultados de esas encuestas es que la institución determina las tasas de desempleo y de empleo, así como las áreas en que hay más trabajadores, el rango de edad, niveles de ingresos y otros indicadores.
En su más reciente informe sobre la economía, el Banco Central anunció que entre octubre de 2013 y octubre de 2014 se crearon 165,799 nuevos empleos en el país. La información es bastante alentadora.
Sin embargo, cuando se analizan las cifras de forma un poco más detallada, el resultado se torna decepcionante. Para empezar, de los 165,799 nuevos empleos generados, el 39.2, es decir, 64,998 puestos, se produjeron en el área informal.
El hecho de que casi el 40% de los nuevos empleos generados sean informales, implica que todavía los sectores productivos del país están muy atrasados. Además, es difícil entender la forma en que el Banco Central contabiliza los empleos informales.
Incluso, de los 64,998 empleos informales a que hace referencia la institución hay 390 empleados “informales no remunerados”. ¿Cómo? Si. Así como se lee. Informales no remunerados; por lo que no se entiende que sean contabilizados como nuevos empleos generados.
Por lo tanto, entre octubre 2013 y octubre 2014, de acuerdo con el Banco Central, los empleos formales generados fueron 100,801.
Pero la cifra de empleos formales del Banco Central se torna conservadora cuando se analizan datos de instituciones que llevan una contabilidad más precisa de los trabajadores del sector productivo formalizado, como son la Superintendencia de Pensiones (Sipen) y la Tesorería de la Seguridad Social (TSS).
De acuerdo con las cifras oficiales, entre octubre 2013 y octubre 2014 la Sipen registró el ingreso de 184,700 nuevos cotizantes, al pasar de 1 millón 287,611 a 1 millón 472,311 trabajadores en el sistema.
Esa cifra es más creíble que la del Banco Central, porque muestra a los cotizantes identificados con nombres y apellidos, no mediante una encuesta.
Al observar las cifras de la TSS durante el mismo período, de octubre 2013 a octubre de 2014, se observa un aumento de empleados cotizantes de 125,301, al pasar de 1 millón 492,638 a 1 millón 617,939.
La Sipen contabiliza la cantidad de trabajadores que cotizan a los planes de pensiones regulados, por lo que son empleados formales. En tanto que la TSS lleva un registro, más acabado, de la cantidad de empresas públicas y privadas formales que cotizan a la seguridad social (pensiones y salud) y el número exacto de empleados cotizantes.
Esto indica que las cifras de Sipen y de la TSS son necesariamente más aproximadas a la realidad que las del Banco Central, que se basa en encuestas. Por lo menos en el sector laboral “formal”, ya que en la informalidad es prácticamente obligatorio usar el sistema de encuestas.
Sin embargo, las cifras oficiales sobre la creación de empleos en el país son las que presenta el Banco Central, pues son esas las que toman en cuenta los organismos internacionales a la hora de hacer las mediciones sobre la fuerza de trabajo ocupada y desocupada del país. Y usted, ¿qué cree?