Lo que le da razón a las acciones de los hombres y sobre todo de las organizaciones, es que tengan sentido y autenticidad y que esos propósitos sirvan para auto alimentar su autoestima, valoración y satisfacción de crear valores que sirvan a la comunidad en su aspiración de tener una mejor sociedad.
Porque la solo existencia en busca de su bienestar individual o de grupos reducidos, a costa del bien común no apuesta a un desarrollo inclusivo y ello va en perjuicio de la permanencia de los esfuerzos y propósitos de la organizaciones o del individuo.
Es pertinente que las administraciones tengan muy claro los propósitos y que tengan la capacidad de contagiar, influenciar a sus colaboradores sobre los mismos, propósitos que deben impactar y que así lo sientan, para que estos sean la mejor motivación a sus emprendimientos día a día, agregando esfuerzos con entusiasmo a las acciones bajo su responsabilidad, sin importar los problemas propio de las labores, siempre encontrarán la manera de vencerlos.
En las actividades políticas, cuando los líderes no son capaces de influenciar las masas, de convencerlas de la bondad de sus propuestas, de sus propósitos en la dirección del Estado o de cualquier empresa que quieran emprender, no lograrán los éxitos programados, lo que nos deja claro es que de por sí las grandes empresas son las acciones del gran público empoderado y cooperando con los propósitos comunes.
Donde seamos capaces de convencer a la gran mayoría, a emprender acciones a su alcance para sumar las grandes obras para el bienestar social cuando nos imbuimos de propósitos auténticos, podemos inspirar a los colaboradores, que darán el 100% para lograr las metas, pero los líderes tienen que ser inspiradores con la práctica del deber, porque la demagogia, la hipocresía y el cinismo, erosionan la fe y la confianza de los colaboradores, lo que en definitiva los mejores elementos, irán abandonando la empresa dependiendo de sus circunstancias.
Nuestro principal recurso en la empresa es el capital humano y nos hemos empeñado en que la gente sea feliz, trabaje con entusiasmo y que la llegada de la quincena para el pago de su salario no sea el evento de entusiasmo e inspiración de estar en la organización.
Trabaja porque necesita ingresos para sostener la familia, pero si no somos capaces de ofrecerle la razón de cumplir con calidad sus obligaciones, no será autentico, no tendrá motivaciones que lo inspiren hacer las cosas con entusiasmo.
Las organizaciones no siempre obtienen los recursos económicos suficientes para pagar salarios por encima de nuestras imposiciones legales que no alcanzan a la canasta familiar y es por ello que se necesitan de otros motivos que inspiren, y esto en primer plano serán los propósitos, los objetivos de la organización y que el personal los asuma, con el interés necesario para dar el 100%. Eso va a depender del compromiso de la dirección, de su entrega, su honestidad y transparencia con sus colaboradores y clientes. Es muy importante compartir las bondades.