Brasil creó en febrero pasado 173,139 empleos formales, lo que equivale al mejor resultado para ese mes desde 2014, impulsado por el buen desempeño del sector servicios, la industria de transformación y la construcción, informó el Gobierno.
El saldo es la diferencia entre las contrataciones registradas en el segundo mes del año, que alcanzó las 1,453,284, y los despidos, que llegaron a las 1,280,145 en el periodo, señaló el Ministerio de Economía brasileño.
Se trata del mejor febrero desde 2014, cuando se crearon 260.823 puestos de trabajo formales, y el tercero positivo consecutivo para el mes tras los leves avances en 2017 y 2018, año este último en el que se generaron en febrero 61,188 empleos con todas las garantías.
De esta forma, el número de empleos formales en Brasil alcanzó en total los 38.6 millones en febrero, lo que supone un aumento del 1.51% con relación al mismo periodo del año pasado y del 0.45% con respecto al mes anterior.
En el acumulado de este 2019, la creación de trabajos formales llega hasta los 207,400, un 49.2% más en la comparación con los mismos dos meses de 2018 y del 171.2% con relación a igual periodo de 2017.
El presidente brasileño, el ultraderechista Jair Bolsonaro, celebró los resultados y aseguró que su Gobierno “quiere mucho más” y que “no descansará” para seguir en esa línea de crecimiento de empleo.
Según el Ministerio de Economía, el crecimiento en febrero de empleos formales se reflejó en siete de los ochos sectores económicos analizados, especialmente en la industria de transformación, con 33,472 nuevos puestos formales, y la construcción civil, que creó 11,097.
También presentó números positivos el sector servicios en el que se generaron 112,412 nuevos puestos.
Brasil creó 529,554 puestos de trabajo formales en 2018, lo que representó entonces el primer resultado positivo desde 2013.
El país aún se recupera de la profunda recesión vivida entre 2015 y 2016, periodo en el que el producto interno bruto (PIB) cayó siete puntos porcentuales, y de la que comenzó a restablecerse en 2017 y 2018, con leves avances del 1.1% para cada año.
Bolsonaro pretende impulsar definitivamente el crecimiento de Brasil y reducir el abultado y crónico déficit fiscal por medio de un plan basado en reformas profundas y un amplio plan de privatizaciones y concesiones, que coordina el ministro de Economía, Paulo Guedes.