El presidente de China, Xi Jinping, prometió este viernes a Italia comercio “en dos direcciones” en su plan de las “Nuevas Rutas de la Seda”, ante la firma de un memorándum de entendimiento el sábado del que recela parte de la Unión Europea (UE).
“La parte china quiere un intercambio comercial y un flujo de inversiones en dos direcciones”, señaló el mandatario chino tras la reunión de 20 minutos que mantuvo con el presidente italiano, Sergio Mattarella, en su primer día de visita oficial al país europeo.
Recibido con honores en el romano palacio del Quirinale, Xi explicó que el objetivo de su faraónico proyecto será impulsar y fortalecer “estrategias de desarrollo en los respectivos sectores de infraestructuras, puertos, logística y transporte marítimo”.
“Queremos construir proyectos serios y cualificados a lo largo de la Ruta de la Seda (que deberá atravesar Asia), queremos aumentar los intercambios y las inversiones en ambos sentidos”, sostuvo.
Su insistencia en el supuesto interés recíproco de su programa se produce un día antes de que el Gobierno italiano, del antisistema Movimiento Cinco Estrellas y la ultraderechista Liga, firme un memorando de entendimiento sobre las “Nuevas Rutas de la Seda”.
Se trata de la denominada “Belt and Road Initiative” (BRI), una iniciativa lanzada por China en 2013 para conectar Pekín con las economías occidentales en Europa, Oriente Medio y África y que ve en los puertos italianos un punto de llegada idóneo para difundir sus productos e inversiones.
El proyecto ha despertado los recelos de Estados Unidos y de buena parte de los socios de la Unión Europea (UE), pero los expertos consideran que la adhesión de Italia a la iniciativa BRI supondrá un salto cualitativo para Pekín pues lograría involucrar a un primer país del Grupo de los Siete (G7), que reúne a las siete democracias más industrializadas.
Ante la firma y el debate surgido, Mattarella respaldó hoy sin medias tintas este memorándum como “un marco ideal” para el incremento de la colaboración entre empresas italianas y chinas.
Sin embargo, Mattarella acompañó este “nihil obstat” al Gobierno y sus planes de aumentar sus negocios con el gigante asiático con un llamamiento a la necesidad de proteger los derechos humanos, y lo hizo con el propio presidente chino a su lado.
El jefe de Estado italiano hizo también un vehemente alegato en favor del multilateralismo por lo que expresó su deseo de que Pekín encuentre un acuerdo con Washington para evitar una guerra comercial e genere “un comercio verdaderamente abierto a nivel internacional”.
Para empezar a estrechar lazos, Mattarella avanzó que 2020 será el “año de la cultura y del turismo” entre ambos países, cuando conmemorarán el medio siglo de relaciones diplomáticas, pues Italia fue en 2018 el tercer país europeo más visitado por los chinos.
Italia quiere acercarse aún más a China, un país que considera un socio comercial fundamental, adonde destinó el 3.4% de sus exportaciones de 2018, lo que equivale a 13,700 millones de euros.
La patronal italiana Confindustria ve con buenos ojos la firma del acuerdo pero ha pedido que se haga de acuerdo con la UE: “No podemos olvidar que Europa, nuestra casa común, es la única dimensión que puede permitirnos competir con gigantes como China o EE.UU”, asegura.
Esta primera jornada del mandatario chino fue seguida con elevada expectación en Italia y le llevó también a hablar ante un foro económico, a visitar el Altar de la Patria y a reunirse con la presidenta del Senado, Maria Elisabetta Alberti Casellati, y el de la Cámara de Diputados, Roberto Fico.
La visita de Xi a Italia continuará el sábado, la jornada clave, pues firmará con el primer ministro Giuseppe Conte alrededor de treinta acuerdos económicos, comerciales y culturales y el más importante, el memorándum de entendimiento de las “Nuevas Rutas de la Seda”.