Aunque su número se ha reducido en los últimos 20 años, estadísticas de la Organización Mundial de Salud (OMS) indican que todavía quedan en el mundo unos 1,000 millones de fumadores.
Los datos indican que uno de cada siete habitantes del planeta sigue consumiendo productos de tabaco y poniendo en riesgo su salud. Sin embargo, la empresa Philip Morris International ha lanzado al mercado un producto que, aplicando las nuevas tecnologías y rediseñando el proceso de producción, evita la combustión del tabaco y la producción de humo, lo que según diversos estudios científicos reduce los riesgos para la salud.
Se trata más bien del resultado de un largo proceso de innovación desarrollado en “The Cube”, el laboratorio de Investigación y Desarrollo (I+D) de Philip Morris, ubicado en Neuchatel, Suiza, donde unos 400 científicos y especialistas de 50 nacionalidades ha generado unas 4,600 patentes, todas orientadas a cumplir el principal objetivo de la empresa: “Construir un mundo libre de humo”.
Para Ignacio Suarez, director de Comunicación Científica de Philip Morris, la forma más rápida y fácil de definir el IQOS es decir que se trata de un Tabacco Heating Sistem (THS), lo que lo diferencia de los cigarrillos electrónicos disponibles en el mercado, ya que es sabido que cuando un cigarrillo se enciende, el tabaco se quema y el humo que genera tiene miles de componentes químicos, algunos de los cuales (unos 100) son considerados tóxicos, un riesgo que según las investigaciones realizadas, se reduce si en lugar de quemarlo, el tabaco es calentado, generando para el fumador una experiencia similar a la de fumar un cigarrillo.
Quemar un cigarrillo requiere una temperatura de 800 grados centígrados o más y se genera humo, mientras que el IQOS funciona en una temperatura de entre 350 y 400 grados centígrados, por lo que el tabaco no se quema y el aerosol que se produce es muy distinto del humo del cigarrillo.
Philip Morris ha desarrollado diversos estudios científicos, inspirados en las prácticas de investigación que aplica la industria farmacéutica a nivel mundial y en línea con los análisis que realiza el Departamento Federal de Alimentos y Drogas (FDA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos (EU), en lo que se demuestra que el uso de este producto puede reducir el riesgo de los fumadores a padecer enfermedades como el cáncer.
“Este producto no tiene riesgo cero, y nosotros desde Philip Morris somos muy claros. Es un producto que no está pensado para no fumadores o exfumadores, sino para fumadores que de otra manera continuarían fumando. La razón es que al calentar el tabaco y no quemarlo, se reducen los niveles de los compuestos químicos tóxicos, pero no se eliminan completamente, por lo tanto, lo mejor es siempre dejar de fumar, pero estos productos serían una alternativa para aquellos fumadores que de todas maneras continuaría fumando”, enfatizó.
Suárez señaló que de acuerdo con los análisis desarrollados con la metodología que aplica la FDA, con el uso del IQOS, 18 de los químicos tóxicos generados en la combustión de un cigarrillo normal presentan una reducción de 90%, mientras que los estudios de Philip Morris indican una reducción de 90% en 58 químicos y análisis más específicos indican una reducción de 95% en 15 químicos considerados cancerígenos presentes en el humo del cigarrillo, lo que, a su juicio, indica que si bien no se trata de un producto de cero riesgo, si estamos ante un producto innovador, desarrollado con bases científicas para reducir la exposición de los fumadores a químicos que pueden afectar negativamente su salud, por lo que constituyen una alternativa para quienes quieren seguir consumiendo tabaco, pero al mismo tiempo reducir el riesgo de contraer enfermedades como el cáncer.
“Lo que estamos viendo ahora es un cambio drástico en la industria tabacalera y lo que estamos haciendo ahora es aprovechar los avances tecnológicos y utilizar la ciencia para desarrollar alternativas para quienes quieren continuar fumando”.
Explicó que ya hay unas 20 investigaciones independientes que certifican que el uso de IQOS es menos nocivo para la salud que el cigarrillo convencional y que cinco países, incluyendo a EU, ya adelantan estudios propios para determinar si su impacto en la salud humana es menor para los fumadores que el del cigarrillo normal, sin embargo, ya está disponible en 40 mercados, siendo Japón en el que su uso está más generalizado, lo que se explica si se tiene presente que fue el primer país en el que su uso fue aprobado por las autoridades reguladoras.
Por su parte, Tinat Chowdhry, líder global en materia de regulación de Philip Morris, dijo que la industria del tabaco sabe que tiene un gran impacto en la salud pública y por eso está trabajando en productos innovadores, que puedan ayudar a las personas a reducir su exposición a los químicos tóxicos que se generan mediante la combustión de los cigarrillos, sin embargo, las normas que regulan el comercio del tabaco en un gran número de países fueron aprobadas antes que la tecnología haya hecho factible la producción de este tipo de alternativas y, por tanto, deben ser revisadas para atender esta nueva realidad.
Indicó que este tipo de productos libre de humo han sido diseñados para que los fumadores que no piensan dejar de fumar puedan contar con una opción que les permitan reducir el riesgo al que se exponen al hacerlo, pero hay que entender que el cigarrillo tiene más de 200 años de historia y solo recientemente se han lanzado al mercado nuevos dispositivos y es normal que las regulaciones tarden un poco en evolucionar para reconocer el papel que pueden jugar en el mercado, algo que también dependerá grandemente de la velocidad con que los consumidores adoptan estas nuevas opciones.
Chowdhry considera que lo importante es que las autoridades reconozcan el derecho de los consumidores a tener nuevas alternativas y su carácter innovador, sin embargo, aclaró que si bien países como EU, Nueva Zelanda, Italia, Reino Unido y la Unión Europea (UE) adelantan diversas iniciativas para regular su comercialización existen varias tendencias, entre las que destacan el desarrollo de una normativa diferenciada para el cigarrillo y los dispositivos libres de humo.
Para el doctor Fernando Cebamanos, médico oncólogo y exdirector del Instituto Oncológico Nacional (ION), si bien las empresas tabacaleras han desarrollo nuevos dispositivos para presuntamente reducir el riesgo al que se exponen los fumadores, las autoridades del Ministerio de Salud (Minsa) no deben olvidar que el objetivo de las normas que restringen la comercialización del cigarrillo en Panamá es proteger a los niños y jóvenes del tabaquismo y reducir la incidencia del cáncer y otras enfermedades asociadas a este flagelo, por lo que no se debe permitir su comercialización sin la existencia de estudios científicos propios, que demuestren si realmente ofrecen a los fumadores una alternativa menos tóxica al cigarrillo tradicional.