América Latina y el Caribe bajaron la incidencia del trabajo infantil a la mitad entre 2000 y 2016 -hasta 10.5 millones de niños-, pero el ritmo se ralentizó en los cuatro años últimos del período, y esto podría dificultar su erradicación completa en 2025, dijeron este miércoles varios especialistas.
La ministra panameña de Trabajo, Zulphy Santamaría, recalcó a Efe que el objetivo para 2025 es erradicar “las peores formas de trabajo infantil” y llegar a la eliminación total en 2030 como meta de la Agenda de Objetivos de Desarrollo Sostenible.
“Si todos asumimos el reto, sin duda alguna es posible cumplirlo”, aseguró a Efe el director regional de la Organización Internacional de Trabajo (OIT) para América Latina y el Caribe, el colombiano Carlos Rodríguez.
Hay un acuerdo entre la OIT y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid) para intensificar el trabajo, añadió.
Ambos participaron en la mesa redonda “Construir un futuro sin trabajo infantil en América Latina y el Caribe”, organizada por la Aecid en Madrid.
Este “estancamiento” obliga a reflexionar sobre qué más se debe hacer, apuntó en el debate la secretaria técnica de la Iniciativa Regional América Latina y el Caribe libre de trabajo infantil (formada por 30 países), Elena Montobbio.
Si se mantiene el ritmo actual, explicó, sin factores regresivos como crisis o desastres naturales, se llegaría a la eliminación completa en 2040. “Pero serían varias generaciones perdidas”, advirtió Montobbio.
Insistió en un enfoque preventivo del problema, un mayor presupuesto de los países, alternativas de reconversión laboral y aplicación efectiva de políticas.
Según Montobbio, el trabajo infantil supone un “cruce de desigualdades atroz”.
Dijo que las niñas están mucho mas invisibilizadas y sufren una discriminación de partida: trabajan fuera de casa, a veces también van a la escuela y luego asumen ocupaciones domésticas. El trabajo doméstico de niñas y adolescentes causa “absoluta preocupación”, señaló.
También el director de la OIT en España, Joaquín Nieto, advirtió de que “los gobiernos solos no pueden” acabar con este problema. “O las empresas se involucran, y dejan de blanquear el trabajo infantil, y los sindicatos (se unen) o no vamos a erradicarlo”, alertó.
Rodríguez, por su parte, comentó que el diálogo social ha tenido un papel “fundamental” para reducir el trabajo infantil, al proponer respuestas innovadoras para acelerar su erradicación. “No es posible el desarrollo sostenible sin trabajo decente y pleno empleo”, insistió.
Santamaría, representante de la Iniciativa Regional América Latina y el Caribe libre de trabajo infantil, indicó que este fenómeno es consecuencia de un sinnúmero de problemas.
“Cuando vemos a un niño trabajando, tenemos que estar conscientes de que le estamos robando el futuro”, recalcó.
Y sobre las niñas señaló que su trabajo es “menos visible”, pues son más propensas a ocupaciones no remuneradas. El trabajo doméstico pagado de las menores es “una de las peores formas de trabajo infantil” en todo el mundo.
El secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica y el Caribe de España, Juan Pablo de Laiglesia, resaltó que la OIT es un socio “estratégico” de la cooperación española contra el trabajo infantil, y reiteró el compromiso con la erradicación de este problema.