República Dominicana no tiene una economía perfecta. Quien se atreva a siquiera pensarlo, aunque ello no está prohibido, comete un error grave. Sin embargo, los números que cada año logra el país en términos de expansión de su producto interno bruto (PIB), es decir, la cantidad de bienes y servicios que producen los dominicanos en un año, establecen que el camino es correcto. Esto, por supuesto, no significa que todo esté marchando correctamente.
Está demostrado que crecimiento económico no significa desarrollo humano. Crecer en términos de volumen no quiere decir que hay bienestar colectivo, aunque en términos prácticos habrá de reflejarse alguna mejoría en las condiciones de vida de los ciudadanos. Lo mejor, ante cualquier caso, es ser optimistas y esperar que el día de mañana sea mejor que el de hoy.
Según las informaciones preliminares, los principales sectores que impulsaron la economía dominicana en 2018 fueron: Construcción, 10.6%; zonas francas, 9.1%; comercio, 8.5%; agropecuario, 6.5%; manufactura local, 6%, y Hoteles, Bares y Restaurantes, 5.6%. Las exportaciones dominicanas cerraron en 2018 por encima de US$11,000 millones, creciendo un 9.2% más que en 2017. La entrada de divisas, indican los registros, fue de US$30,000 millones y las reservas internacionales cerraron en US$7,173.4 millones, equivalente a 4.1 meses de importaciones.
Al escudriñar en estos datos se nota que todo está expandiéndose, lo cual es positivo para el país y para los dominicanos. Como en todo, y en este caso no es la excepción, es necesario revisar algunas variables que podrían ser la causa de futuras crisis sociales y económicas. Según el último informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el gasto de capital del Gobierno central de República Dominicana en 2018 se situó en un 2.7% del PIB, mientras los intereses de la deuda absorbieron un 3.4%. No es posible, o por lo menos sostenible en el tiempo, que la inversión pública sea menor al pago de los intereses.
Casi al final de 2018 la deuda externa dominicana era de US$21,252.4 millones, un 27% del PIB, y la interna de US$10,298.4 (13.1% del PIB), según datos de Crédito Público, del Ministerio de Hacienda. Esta variable, la del endeudamiento, necesita ser analizada con más cuidado para ver cuáles serán sus posibles efectos sobre las finanzas públicas en un futuro cercano.
El Poder Ejecutivo, en una estrategia que podría calificarse como lógica y coherente, acaba de declarar el 2019 como el Año de la Innovación y la Competitividad, que viene a ser una continuación de lo que se hizo en 2018 en cuanto a impulsar al sector exportador.
Enfocados siempre en ser coherentes, porque así deben actuar los seres humanos, y más aquellos con responsabilidades ante la sociedad, cada dominicano debe esperar lo mejor de sus líderes y gobernantes.