[dropcap]E[/dropcap]l expresidente de la República Leonel Fernández cumplió 61 años el 26 de diciembre de este año. Fue una ocasión “propicia” para que parte de sus seguidores lo “sorprendieran” con la canción “las mañanitas”. Al parecer fue una sorpresa muy agradable, pues se quedó hasta casi las 4:00 de la tarde recibiendo los saludos de sus adeptos en la biblioteca Profesor Juan Bosch, de la Funglode.
Está claro que 61 son 61 y que a esa edad se acumula mucha experiencia. En su caso, creo sin temor a equivocarme, que es bastante lo que Fernández ha aprendido, pues ha sido tres veces presidente de la República, hazaña que sólo Joaquín Balaguer, Buenaventura Báez, Pedro Santana y Rafael Leonidas Trujillo han logrado en tres o más oportunidades.
¿Qué nuevo puede ofrecer un ciudadano dominicano que ha sido presidente tres veces y no logró resolver uno solo de los problemas básicos que históricamente han afectado el desarrollo del país? Habrá que hacer un buen ejercicio de márquetin político para vender su figura ahora como un hombre de experiencia que trae las mejores intenciones, sin recordar que durante sus administraciones la deuda pública creció más que el acumulado en toda la historia.
[pullquote]61 años le da a uno mayor madurez y mayor comprensión de los problemas y con una experiencia acumulada que nos permitirá servirle mejor al país”.[/pullquote]
Por supuesto, habrá muchos que quieren que vuelva porque “él representa el progreso”. Ahora bien, ¿el progreso de quiénes? No se puede soslayar que durante los gobiernos de Fernández cambió la fisonomía del país. Sin embargo, habrá que preguntarse a qué costo para la economía y para las futuras generaciones. Tampoco se puede olvidar que el Estado “engordó” si se toma en cuenta que la nómina pública creció a niveles impensables.
Fernández, quien ahora es presidente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), sabe que en sus manos está postularse o no a un nuevo mandato. En sus manos está que Danilo Medina, quien una vez dijo que lo venció el Estado, pueda postularse nueva vez a la Presidencia, aunque no lo haya expresado públicamente porque sabe que constitucionalmente no puede y que para ello debe contar con el hombre que una vez lo venció desde el Poder Ejecutivo. Ahora le puede tronchar el paso desde el Congreso. ¡Esto da vueltas!
Palabras textuales de Fernández durante la celebración de su cumpleaños: “61 años le da a uno mayor madurez y mayor comprensión de los problemas y con una experiencia acumulada que nos permitirá servirle mejor al país. Pero también a 61 años el tiempo empieza a pesar y por tanto uno se agota, de manera que la vida siempre es un balance”. No hay duda, estas palabras son “sí y no, pero más sí que no”. Deja claro que él es quien tiene la sartén por el mango.
Ahora bien, de no presentarse como aspirante a la candidatura presidencial por su partido, Fernández estaría dejando como mensaje que se retira de la política. Sin embargo, no se ve que él pueda tomar una decisión que lo dejaría a un lado de la palestra. Él ha demostrado que es un político sagaz y que sus actuaciones están bien pensadas.
Esperemos…