Emiliano Reyes Espejo
Especial para elDinero
La operación de venta de torres que realizó Altice Dominicana a la compañía Teletorres del Caribe por US$170 millones (unos RD$8,500 millones de pesos) así como otra operación similar previa que había hecho Viva, activaría en República Dominicana el creciente mercado de torres, en el que participan empresas propietarias de sitios e infraestructuras que ya movilizan un estimado de US$300,000 millones a nivel mundial.
El monto a nivel global puede ser muchas veces el presupuesto general de la nación dominicana, estimado en RD$814,821 millones para este 2018 (unos US$16,296.42 millones).
La comparación permite medir la magnitud de estas transacciones y el impacto que tendría la activación de este negocio de torres en la economía del país. En el territorio nacional existen miles de antenas, torres o sitios, instaladas o por instalar, destinados a las radiocomunicaciones que se pueden convertir en piezas de interés para la industria inalámbrica y para prestadoras interesadas en expandir sus servicios.
En ese sentido, según observadores del negocio, la instalación de sitios, antenas y torres sería beneficioso para las grandes prestadoras. También ganarían las más pequeñas, las cuales podrían acceder a nichos de mercados sin verse forzadas a realizar grandes inversiones en construcción y mantenimiento de infraestructuras.
Aunque el negocio puede mover cientos de millones de dólares, todavía se debe trabajar más en la parte de la agilización de los trámites regulatorios. Se considera asimismo que cualquier iniciativa reguladora debe orientarse a estimular este tipo de intercambio en el sector.
Según las actuales regulaciones, el Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (Indotel) solo requiere a los interesados información sobre dónde instalaría la antena o torre, de manera que se garantice el control técnico y ambiental, a los fines de justificar el otorgamiento del permiso de instalación. El regulador, por tanto, no tiene participación en lo que respecta a los negocios que implican estas transacciones.
Un estudio realizado por el consultor Eloy Vidal reveló que para 2016 se habían registrado 343 casos de compartición de torres, lo que según afirmó el experto, confirma que la práctica de la compartición “está funcionando en el país”. “Empezó hace poco, pero ya está funcionando y creciendo”, expresó.
Empero, un dato reciente destaca que tres prestadoras vetaron algunos artículos de la resolución número 089-17 que aprobó el “Reglamento General de Compartición de Infraestructuras Pasivas y Facilidades Anexas de Telecomunicaciones”.
El consejo directivo del Indotel ordenó suspender la entrada en vigencia de esa resolución para acoger recursos de reconsideración presentados por Claro, Altice Dominicana y Trilogy Dominicana (Viva) contra la referida ordenanza y establecer una nueva fecha de entrada en vigor del texto regulatorio.
El experto y director regulatorio de Claro, Robinson Peña, ya había advertido sobre aspectos administrativos que según su apreciación, son “el mayor escollo a la inversión en infraestructura de telecomunicaciones” en el país.
Dijo, al intervenir en una cumbre de reguladores y operadores celebrada a nivel local por Regulatel y la AHCIET, que “se requieren esfuerzos urgentes por parte de las entidades públicas para corregir la multiplicidad de entidades que están tratando de regular el proceso de instalación de infraestructura de telecomunicaciones.
En carpeta
La temática ha sido tema de interés del regulador que propició junto a la Coalición Dominicana para una Internet Asequible (A4A1) el estudio sobre “Infraestructuras Compartidas de Telecomunicaciones en la República Dominicana”. “Los ahorros en la inversión por la compartición de la infraestructura de las empresas operadoras, como se evidenció, reducirían sus tarifas, y haría posible que más habitantes puedan acceder al servicio, especialmente los de menores ingresos. Si se compartiese la infraestructura de telecomunicaciones los operadores ganarían, los usuarios ganarían, el país ganaría”, asegura las conclusiones del estudio.
La industria que opera el negocio de torres tiene un poco más de 20 años de crecimiento continuo a nivel mundial, según TowerXchange (Torrecom). La empresa hizo sus señalamientos a través de su director y fundador Kieron Osmotherly Shutterstock, en el artículo “El mercado creciente de las empresas propietarias de torres”, publicado en la revista digital ITU News Magazine.
Afirma que esta industria de la radiocomunicación inalámbrica constituye un negocio que “posee actualmente 68.7% de los 4.3 millones de torres y emplazamientos en tejados en los que se puede invertir en el mundo”.
Se activa negocio de torres
En ese contexto, algunos sectores han avisado que la operación de Altice, más que causar preocupaciones, vendría a activar este renglón del negocio de las telecomunicaciones en el país. Se conoce que previamente la empresa Viva había realizado una operación similar como alternativa a una mayor cobertura en sus servicios.
Como prueba un botón. La Empresa de Transmisión Eléctrica Dominicana (ETED) acaba de anunciar la creación de una empresa que se encargará del área de negocios de las radiocomunicaciones, lo que plantea su incursión en operaciones propias del emergente mercado. Algunos especialistas han señalado que el propio regulador Indotel posee antenas que podría usar de alguna manera en el creciente intercambio.
Desde la perspectiva de los negocios, se visualiza como alternativa en el mercado local lo que, en principio, causó algunas aprehensiones. La venta de torres se creyó que era el aviso de la salida de la multinacional europea del mercado local. La decisión de Altice Dominicana de vender los 1,050 sitios o torres se podría ponderar, empero, como un “toque de corneta” para el arranque de este otro tipo de negocio del sub-sector de la economía: el de la venta y compartición de antenas.
La empresa Altice ha ratificado su decisión de continuar sus operaciones en el país. Ha señalado que tiene en marcha, o sea, que no lo ha abandonado, el plan de expansión para la cobertura local y que proyecta inversiones superiores a RD$6,600 millones y sobre los RD$33,000 millones hacia el 2020, lo cual ha sido ratificado por sus ejecutivos en visita al presidente Danilo Medina en el Palacio Nacional. La venta de sus antenas, por tanto, crea expectativa en un mercado que se observa dinamizado con las decisiones oficiales que han sido puestas en marcha a partir del programa República Digital.
¿En qué consistiría el negocio?
La medida de Altice impulsa este modelo de negocios que no solo es novedoso en el mercado interno, sino que además, abre puertas a nuevas y más competitivas inversiones. El proceso implica la venta de torres y sitios de radiocomunicaciones a una empresa que la regenteará y, posteriormente, alquilará para uso de parte de las prestadoras. En este caso la Altice Dominicana informó que las arrendará por 20 años en una transacción que no tiene precedentes cercanos ni remotos en la dinámica del sector.
¿En qué consistiría el negocio? Se trata de comprar torres, antenas y sitios y proceder a su arrendamiento a operadores que se economizarían gastos de contratación de personal, mantenimiento, combustibles para plantas y seguridad de las instalaciones.
Según analistas, en el balance de un operador de red móvil “una torre es hoy un activo amortizable construido para atender las necesidades de un solo propietario, mientras que esa misma torre en el balance de una empresa propietaria de torres es una posible fuente de ingresos fijos a largo plazo generados por varios arrendatarios solventes”.
El estudio realizado en el país por la A4A1 y que fue preparado por el consultor Vidal, estableció en sus conclusiones que “todas las empresas consultadas que comparten infraestructura están satisfechas por los ahorros de capital, así como de gastos de operación y mantenimiento”. Han expresado, agrega la Coalición, “su deseo de compartir más infraestructura con el propósito de ahorrar recursos, en especial, de capital, para invertirlo en otros proyectos de expansión”.
El informe propone aprobar un reglamento a partir de esta propuesta y recomienda a su vez la creación de una ley de promoción del acceso a la banda ancha en República Dominicana.
Mejores prácticas
La investigación determinó cuáles serían las mejores prácticas internacionales, especialmente de América Latina, que pueden ser aplicables en República Dominicana. En tal sentido, se escogieron tres casos que se han desarrollado exitosamente en la región, “beneficiando a operadores y usuarios de los servicios de acceso a la banda ancha y han contribuido a mejorar la asequibilidad”.
Se citó a Brasil que se inició en 2000 y que hoy en día tiene “un 48% de las 170,000 torres de la región en manos de empresas torreras independientes de las empresas operadoras móviles”. También se refirió el caso de México donde se produjo la separación de las torres de América Móvil de Telesites, su nueva subsidiaria, y la operación de venta de torres de Telefónica a Telxius.
“Lo que se quiere resaltar es que los operadores, primero los pequeños y luego los grandes, han comprendido que es mejor para su negocio vender las torres, y dejar que ese negocio lo manejen empresas separadas. Con este tipo de operaciones las empresas operadoras móviles logran economizar gastos gracias a la compartición de infraestructura y evitan invertir grandes sumas de dinero en la construcción de nuevas torres para hacer frente a los procesos de masificación (roll outs) de LTE”, indica el estudio de A4A1.
“El ejemplo de Brasil es trascendental para República Dominicana porque, al igual que en ese país, el poder adquisitivo de sus ciudadanos no es igual para toda la población. Es necesario reducir los costos a través de la compartición de la infraestructura para bajar los precios del acceso a niveles accesibles para la ciudadanía perteneciente a los sectores de menor ingreso”, enfatiza la investigación.
Previene que en lo adelante “es de esperar que los operadores más importantes vendan las torres remanentes a empresas dedicadas solamente a ese negocio” como acaba de ocurrir con Altice.
Infraestructura en América Latina.
En tanto, el portal www.infralatam.info señala que “el aumento de la inversión en infraestructura en América Latina requerirá un sustancial aporte del sector privado para alcanzar al menos junto con el sector público 5% anual como porcentaje del PIB, según análisis de CAF -Banco de Desarrollo de América Latina”. Sostiene que en los últimos años la inversión promedio en infraestructura osciló entre 2.4 y 3.2 % del PIB y esto incluye más de 30% de inversiones privadas y programas de asociaciones público-privadas”.
UIT se enfoca en estos casos
Según los estudios revelados por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), los inversores registran mayores garantías de liquidez a largo plazo que les ofrecen las empresas de torres. Explican que las previsiones de rendimiento suelen ser de 4 a 7 veces para los operadores de redes móviles y de 10 a 25 veces para las empresas de torres.
“Menos de la tercera parte de las torres instaladas en el mundo sigue en el balance de operadores de redes móviles, mientras que 15% de las torres son propiedad de empresas de torres totalmente independientes”, señala el análisis de TowerXchange en ITU News Magazine. TowerXchange se define como “uno de los desarrolladores, propietarios y operadores de sitios de comunicación inalámbrica más grandes en Latinoamérica”.
Esta empresa establece que “51% de todas las torres instaladas son propiedad de empresas de torres cuyo capital mayoritario es propiedad de operadores de redes móviles, aunque esa estadística queda distorsionada por el gigantismo de China Tower Corporation e Indus Towers”
Como se observa el liderato entre las empresas de torres lo tiene China Tower Corporation con 1,900,000 torres para finales del 2017. Le sigue American Tower (integrada por Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Alemania, Ghana, India, México, Nigeria, Perú, República Sudafricana, Uganda, Estados Unidos y Francia) con 149,720 torres. También está Indus Towers de la India con 122,920; Crown Castle, de Estados Unidos, con 40,127 y Bharti Infratel, de La India, con 39, 211 torres, entre otros.
¿Vienen los chinos?
La formalización de la iniciativa de Altice Dominicana de venta de sus torres podría abrir puertas para nuevas inversiones en este espectro del negocio, incluyendo las torres de telecomunicaciones. Induciría a su vez a que lleguen otros capitales al sector, no ya con las proliferaciones de pequeños y medianos negocios (Mipymes) como ha proyectado el esquema oficial, sino también con nuevos aportes que impactarían las partes de las infraestructuras como está ocurriendo con la compañía Torres del Caribe.
¿Preparándose para la competencia?
Actualmente la mayor inversión en infraestructuras en el país la sustenta Claro Dominicana, una filial de América Móvil. Estas inversiones permiten a esta empresa mantener el liderazgo histórico del negocio de las telecomunicaciones en el mercado local. Claro, compañía propiedad de uno de los hombres más ricos del mundo, Carlos Slim, ha anunciado también multimillonarias inversiones y envía, en ese tenor, un mensaje de cambio de estrategia con la sustitución de su actual presidente, Oscar Peña, quien fue promovido como presidente de Claro Centroamérica, responsable de los mercados de Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Panamá y Costa Rica.
En lugar de Peña, la empresa América Móvil nombró a Rogelio Viesca Arrache como nuevo presidente de Claro Dominicana. Viesca Arrache es un experto veterano que lleva a cuesta 25 años de experiencia en telecomunicaciones y dirigió operaciones de Claro Brasil, tuvo responsabilidad directa en Paraguay y Uruguay y llega al país procedente de Telcel México.
Pero Claro no está solo en el mercado. Sus competidores se preparan para ganar un pedazo del pastel. El paso dado por Altice Europe, que ha nombrado a una mujer, la portuguesa Ana Figuereido como su presidenta de operaciones en República Dominicana, parece que va en esa dirección. Figuereido cuenta con más de 15 años de experiencia profesional en telecomunicaciones y ha ejercido altos cargos directivos en Brasil, África, Estados Unidos y Europa.
En este rejuego en el tablero del mercado de las telecomunicaciones, las demás compañías Viva y Wind Telecom hacen lo propio para buscar su parte de la torta, mantenerse y afianzar sus vocaciones de expansión. Abandonar el mercado en estos momentos en que luce en un aparente éxtasis, no sería lo aconsejable, ya que el mismo ofrece un gran potencial a partir de iniciativas del gobierno encaminadas a extender las instalaciones digitales a todo el territorio nacional, con miras a crear la plataforma que prepare la nación para soportar la economía digital.
Indotel y ETED
En medio de las sigilosas y a veces abiertas movidas de fichas de las principales compañías telefónicas, el Indotel ejerce su rol regulador. Parece haber llegado el momento, empero, de visualizar algo más allá, proyectar sus acciones a la activación del ámbito del negocio. En este sentido, la institución heredó toda una red de antenas esparcidas en sitios estratégicos que les fueron dejadas por la antigua Dirección General de Telecomunicaciones (DGT).
Algunas de las citadas infraestructuras están activas y otras abandonadas, aunque según expertos, viéndolas ahora desde la visión del negocio de las Teletorres del Caribe constituyen un valioso activo que esta institución puede explotar facilitando el uso de estas a los operadores. Obviamente, habría que crear el marco legal que sustente este tipo de operaciones por parte del regulador.
El regulador, asimismo, acaba de aprobar a la ETED la resolución número 042-18 que permite a esta empresa la prestación de servicios de portadores de telecomunicaciones, mediante el uso de sus torres y sus cables de electricidad, dando lugar a la incursión de esta compañía estatal en aspectos de las radiocomunicaciones locales.
Zhao y la compartición de redes
El propio secretario general de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), Houlin Zhao, ha sostenido que en esta época de grandes cambios en la industria de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) ha crecido más que nunca la importancia de la compartición de la infraestructura de red y los servicios.
En una exposición que tituló “Compartir redes, impulsar el crecimiento”, Zhao sostiene que “son cada vez más las empresas que están compartiendo las redes a fin de reducir costes, mantener márgenes de beneficio y centrarse en servicios innovadores para responder a las cambiantes demandas de los consumidores”.
Para Zhao “el auge de las empresas propietarias de torres (“towercos”), que hoy poseen más de dos tercios de los 4.3 millones de torres invertibles y emplazamientos sobre tejados, ha demostrado cómo los conocimientos técnicos especializados son capaces de convertir la infraestructura pasiva de un activo devaluado en una posible fuente de ingresos recurrentes a largo plazo”.
Ventajas y obstáculos
Kieron Osmotherly, fundador y director ejecutivo TowerXchange, ha precisado los que son las ventajas y obstáculos que se deben evitar al adentrarse en una era de compartición de infraestructuras profesionales en la cual estas empresas poseen la mayoría de las torres del mundo.
Sostiene que:
1) La focalización de las empresas de torres en infraestructuras pasivas crea valor de varias maneras: Aumento de las relaciones de arrendamiento – lo que es propicio a la generación de ingresos por las torres y reduce la sobreocupación del paisaje
2) Utilización más eficaz de los terrenos, suprimiendo por ejemplo infraestructuras paralelas
3) Mejora de la eficiencia operacional y energética, y
4) Normalización de diseño de emplazamientos y aceleración de instalaciones. A la larga, la separación entre los activos de infraestructuras y las telecomunicaciones al por menor libera capital y crea valor en capital, con lo cual los operadores de redes móviles pueden dedicarse a vender minutos y megabytes.
Normativas para antenas en RD
En ese tenor el Indotel ha emitido en los últimos años unas seis normas que incluye la Normativa para la instalación de antenas de telecomunicación en zonas turísticas de República Dominicana, así como para la instalación de antenas/verjas y para reglamentar la compartición de infraestructuras o torres de comunicaciones, con lo cual –se apuntó-busca adecuar sus herramientas regulatorias a la realidad del mercado mundial
(El autor es periodista).