Los sectores productivos que buscan capitalizarse, financiar sus operaciones o simplemente aumentar su capital de trabajo, que incluiría la implementación de nuevas tecnologías, tienen a su disposición diversos instrumentos en el mercado.
La banca, como entidades tradicionales para acceder a capital de trabajo, tiene una alta ponderación y es, aún, la primera fuente para muchas empresas. Sin embargo, el mercado de capitales, desde hace más de un siglo, probó que es posible financiarse a través de otros instrumentos disponibles. Le emisión de bonos o deudas y la colocación de acciones para que el público invierta en las empresas, también ofrece otras ventanas y ventajas.
Aquí en República Dominicana hay oportunidades infinitas, probadas ya, de acceder a capital fresco a un costo competitivo. Hay que reconocer que el país aún tiene un mercado de valores aún en pañales, pero hace alrededor de 30 años que se comenzaron a hacer los intentos por darle forma a lo que hoy ya es una realidad con formalidades legales. Además, no es un secreto que en los últimos 15 años ha habido un impulso importante.
El mercado de valores dominicano, a partir de la promulgación de la Ley 249-17, opera bajo un nuevo marco regulatorio que habrá de impulsarlo hacia niveles superiores. En el país operan más de 15 puestos de bolsas, algunos con una alta participación frente a los demás, lo que da una idea clara de lo que le espera al país en términos de oportunidades para financiar los sectores productivos.
El Banco Mundial, a través de la Corporación Financiera Internacional, ha apoyado diversas iniciativas y se ha convertido en un aliado, incluso con emisiones en el mercado local, lo que también le ha dado más importancia en el foco internacional. Otras entidades internacionales, incluidas algunas empresas, también han creído en el mercado de valores dominicano.
Corresponde ahora a las autoridades y demás entes participantes seguir impulsando un mercado de renta variable, que sería el otro nivel que necesita el país para que sea un sector con suficiente madurez.
Los dominicanos que interactúan en algunos de los sectores productivos tienen ahora un marco jurídico moderno y amplio. Aprovecharlo es un compromiso de todos.