Yo quiero que bajen más los combustibles y sé que muy probablemente usted, amigo lector, también lo desea. Ahora bien, lo que ha sucedido en los últimos dos meses, sea por presión social o no, es que los precios de los carburantes han experimentado rebajas sustanciales.
Podríamos estar o no de acuerdo en que sean significativas, pero lo cierto es que las reducciones han sido de entre RD$9.40 a RD$24.10 por galón sin contamos desde la semana del 21 de septiembre. Y repito: deberían estar más bajos estos precios.
Sin embargo, hay dos preguntas que deberíamos hacernos los dominicanos: ¿De qué factores depende el precio de los combustibles? Y, además, ¿qué cantidad de recursos necesita el Gobierno para cumplir todo lo que promete y la gente espera de él?
Está clarísimo que la primera pregunta tiene una respuesta fácil, pues este país no produce petróleo y, por lo tanto, los mercados internacionales, que dependen de una diversidad de factores, son los que fijan los precios.
En la segunda pregunta habría más de dos factores a tomar en cuenta. El primero estaría relacionado con cuestionar a las autoridades respecto a qué hace con los ingresos producto de los impuestos que pagamos los dominicanos en cada galón que adquirimos.
Siempre habrá derecho a reclamarles a las autoridades calidad en el gasto, es decir, que mejore el gasto de capital frente al corriente o que no es necesario porque no aporta al desarrollo del país. El otro aspecto lo relaciono con preguntarnos, y nos sirve a todos este sombrero, qué tipo de país queremos.
Por un lado pedimos al Gobierno que sea eficiente en el gasto, que nos dé seguridad pública, que haya hospitales y escuelas de calidad; que los salarios sean mejores y que tomemos menos préstamos.
Aquí viene la última interrogante: ¿Con qué dinero se hará todo esto?