Ofertas, ofertas y más ofertas. Ya que pasó el Viernes Negro (Black Friday) resulta pertinente para las finanzas personales pasar revista sobre lo que sucedió durante la pasada fecha de “rebajas” y “especiales”. El comercio, cuyos estrategas conocen muy bien cómo funciona el neuromarketing, supo aprovechar correctamente una debilidad intrínseca del ser humano: el deseo de posesión (de lo que sea) aunque no lo necesite.
Surgen algunas interrogantes respecto a la “lluvia de ofertas” y si son (o fueron) creíbles o no, especialmente en un mercado que ha demostrado debilidades en cuanto a la transparencia con que deben manejarse los precios de algunas mercancías. Estados Unidos, donde nació esta tradición, funciona diferente. ¿Es posible aplicar un descuento de hasta 75% a un artículo? ¿Cuál es la lógica del negocio? Si es posible, entonces hay muchas explicaciones que deberían recibir los consumidores.
La mayoría de los dominicanos no fue a las tiendas a comprar, pero hubo una gran cantidad que sí lo hizo, independientemente de que fuera sólo “a ver”. Para quienes sí se aventuraron a visitar cualquier establecimiento comercial, principalmente aquellos que venden electrodomésticos o artículos para el hogar, posiblemente hoy se dan cuenta que compraron cosas que probablemente no necesiten o no eran del todo necesarias. En algunos casos, sépalo, fueron presas del bombardeo de publicidad con frases que trabajan muy bien el subconsciente o inconsciente de los consumidores.
A muchos, por no decir la mayoría, las compras del Viernes Negro les dejaron los números en rojo, es decir, que están en déficit porque compraron con tarjetas de crédito o porque comprometieron el salario de Navidad, que este año será entregado por el Estado desde el día 5 de diciembre. El Gobierno pondrá a circular cerca de RD$34,000 millones cuando se suman los dos sueldos.
Al comparar las publicaciones de “ofertas”, algunas de las cuales extendían el “Viernes Negro” hasta por tres o cuatro días, cuando debería ser uno solo, se hallan algunos datos interesantes que los consumidores deberían tomar en cuenta. El ejercicio es fácil de hacer. Basta con guardar las publicaciones año tras año y comparar lo que sucede de un período a otro.
Hubo ejemplos que de sólo ponerlos en contexto indicaban que algo anda fuera de la lógica. En el “Black Friday” de 2017 un minicomponente LG M/CJ44, de 4,500 vatios, un año de garantía y con sólo 150 unidades disponibles, tenía un precio de oferta de RD$10,995 y si pagaba con la tarjeta de la promoción el costo para el consumidor se reducía a RD$9,895 o se podía acoger a la opción de pagarlo en cuotas mensuales de RD$467.
Este año, este mismo artículo, tiene un precio de oferta de RD$10,995, el mismo del año pasado, pero ahora con la tarjeta de promoción costaba RD$9,396, es decir, RD$499 menos, equivalente a un 5% más barato. ¿Por qué ahora fue más económico cuando la inflación anualizada, según el Banco Central, medida desde agosto 2017 hasta agosto 2018, se situó en 3.87%? ¿Hubo una reducción real de precios?
Sin embargo, con otro artículo, pero de la misma marca, ocurrió lo contrario, pues ahora su precio fue superior al del año pasado. Una nevera de 24 pies, inverter, tenía el año pasado un precio de oferta de RD$47,995, mientras que este año fue de RD$49,995, equivalente a RD$2,000 más cara respecto a 2017, es decir, un 4.17%. Si se pagaba con la tarjeta de oferta el precio, entonces, bajaba a RD$42,496 después del “cash back”, mientras con la misma oferta, el año pasado, el consumidor debió pagar RD$43,195 o 36 cuotas de RD$2,037, que la elevaba a RD$73,332. Este año algunas tiendas publicaron el precio de “antes” o sin ofertas, lo cual no sucedió durante el Viernes Negro del año pasado.
El Instituto Nacional de Protección de los Derechos del Consumidor (ProConsumidor) hizo intentos de alertar a la población. La entidad creó una aplicación con el objetivo de brindar apoyo a los consumidores, pero habría que preguntarse cuántos la descargaron y cuántos dominicanos se enteraron de que existió esa herramienta tecnológica.
La directora de ProConsumidor, Anina del Castillo, llamó a los ciudadanos a ver diferentes opciones al momento de realizar una compra, pero además a preguntar sobre los detalles de las garantías que ofrecen los centros comerciales de los productos ofertados.
Planificación
Es muy probable, por no ser más certero que la certeza misma, que muchos consumidores ahora tengan las manos sobre sus cabezas. Sí, así como lo lee. Si no ha escuchado o leído nada sobre el neuromarketing, este es el mejor momento. No será para este año, pues si usted está entre quienes terminaron con números rojos por culpa del Viernes Negro, entonces sólo le queda lamentarse.
El bombardeo de publicidad, está más que demostrado, tiene efectos sobre la toma de decisiones de los consumidores. En el caso de República Dominicana, una economía que ha mostrado excelentes niveles de crecimiento, mas no así de desarrollo humano, la llegada del Viernes Negro, importado desde Estados Unidos, ha transformado el calendario de compras.
¿Es bueno o es malo? Depende. ¿De qué depende? De la capacidad de planificación financiera del consumidor, pero sobre todo de su resistencia a no dejarse llevar por las ofertas, entre las cuales podría haber “ofertas”.