Los países latinoamericanos son líderes en corresponsales no bancarios. En 2007 había 19.3 corresponsales por cada 100 mil habitantes, mientras en 2018 la cifra ascendía a 118.9 por cada 100 mil habitantes.
El planteamiento lo hizo Carlos Troetsch Saval, quien asumió la presidencia de la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban), durante la 52 asamblea anual de la entidad celebrada en Punta Cana, La Altagracia.
Troetsch Saval ponderó que las citadas cifras representan un avance prolífico para los países de la región en materia de puntos de contacto para que los clientes realicen pagos y depósitos.
“Por ningún motivo y bajo ninguna circunstancia consideramos que el fenómeno De-risking sea deseable para la economía y la banca”.
Consideró que el cierre de cuentas y reducción de líneas de crédito es el resultado de los análisis costo-beneficio realizado por los bancos corresponsales de jurisdicciones industrializadas.
“Trabajamos para lograr iniciativas que promuevan la confianza mutua y establecer procesos regionales de estandarización, medición objetiva de los programas de debida diligencia y evaluación de riesgos”, dijo.
Entiende que el De-risking ha enseñado a que los bancos latinoamericanos revisen su dependencia de sus corresponsales de países industrializados, ya que el servicio de pagos es vital para el desarrollo de la región.
El presidente de Felaban dijo que actualmente inician estudios de factibilidad para contemplar la creación de un banco regional que pueda proveer servicios como los de pagos y corresponsalías a todos los bancos que cumplan con las regulaciones de sus países.
Para Alejandra Quevedo, secretaria ejecutiva del Grupo de Acción Financiera de Latinoamérica (Gafilat), los efectos del De-risking pueden aumentar riesgo y opacidad en el sistema financiero global, incremento de la exclusión financiera y el declive en servicios de corresponsalías.
Quevedo resaltó que el banco corresponsal debe monitorear las transacciones de la entidad representada con miras a detectar cambios en su perfil de riesgo, cualquier actividad inusual o potenciales desviaciones de los términos acordados en relación con el acuerdo de corresponsalía.
“Las recomendaciones no exigen terminar relaciones con clientes cuando no puedan manejarse los riesgos identificados, sino que se deberían analizar otras opciones antes de la cancelación como, por ejemplo, no llevar a cabo una transacción o limitar servicios o productos”, puntualizó Quevedo.
David Schwartz, CEO de la Asociación Internacional de Banqueros de la Florida (Fiba), resaltó que la industria financiera está navegando en aguas turbulentas con respecto al De-risking por culpa de bancos corresponsales.
“Tenemos riesgos regulatorios, la banca estadounidense está sufriendo una expectativa altísima con sus reguladores y el efecto causado por Basilea III y los costos tanto de recursos como de reputación”.
Identificó como sectores de riesgo mayor a las remesadoras, casinos y juegos de azar, y empresas de minería.
Ponderó que si una relación no es rentable al balancear los costos con el riesgo, entonces hay que cerrar la cuenta. “Las mitigantes serán la capacitación, conocer y monitorear el cliente, asesoramiento de riesgos y alcance de nuevas tecnologías”.
Mientras, Pierre-Laurent Chatain, especialista del Banco Mundial, dijo que no hay riesgo De-risking a gran escala en Latinoamérica, pero sí vulnerabilidades como la tendencia de concentración de servicios bancarios y concentración de las operadoras de transferencia de dinero.
Resaltó que las autoridades de la región podrían tomar algunas medidas específicas como: recopilar datos sobre cierres de relación bancaria corresponsal (CBR, en inglés) y diseñar un plan de contingencia para hacer frente a cualquier deterioro grave en las CBR.
Retos
En los últimos años los costos de transacción de los clientes del sector bancario han incrementado al realizar cualquier operación internacional. Por lo anterior, el presidente de Felaban considera que incrementar la presión y las exigencias va en contra de la actividad comercial normal en el mundo de los negocios.
“El cambio tecnológico e incursión de nuevos participantes en los negocios tradicionales bancarios se debe unir con los problemas de las plataformas de pago y buscaremos una hoja de ruta que incluya estandarización de procesos, digitalización y el proyecto de la creación de un banco regional”.