Fernando González Nicolás
Especial para elDinero
Los sectores locales públicos y privados deben estar conscientes de confusiones y de percepciones erróneas que afectan la imagen internacional de República Dominicana. Las situaciones que requieren atención son los proyectos de Lajun y GoldQuest.
Por ejemplo, Lajun es un proyecto de una inversión jamaiquina-canadiense que fue militarizada, expropiada y no compensada por varias entidades del Estado Dominicano. Esto no es aceptable en los círculos internacionales de inversión. Debido a la expropiación fue sin compensación, el inversionista presentó una demanda por daños y perjuicios de US$300 millones en tribunales internacionales contra el Estado dominicano.
Existe confusión sobre la legalidad de la propiedad de Lajun, la solvencia del inversionista y sobre el objetivo del proyecto.
Si se profundiza en la situación entonces seria evidente que el inversionista de Lajun el señor Michael Lee Chin es un multimillonario, inversionista institucional reconocido internacionalmente. Este señor cumplió con sus obligaciones con entidades locales, satisfizo las leyes dominicanas y cuenta con la legalidad de la propiedad de los terrenos. También el inversionista tenía previsto desarrollar un ambicioso proyecto de largo plazo para resolver el problema de la basura del Gran Santo Domingo.
Para resolver la situación de Lajun se recomienda se den los siguientes pasos:
1. El Estado dominicano debe reaccionar pragmáticamente ante la situación y las consecuencias de Lajun.
2. El conflicto debe investigarse en profundidad para aclarar confusiones y confirmar las percepciones erróneas.
3. Iniciar un diálogo constructivo con el inversionista internacional.
Debe tenerse en cuenta que si se dieran las condiciones, el inversionista de Lajun podría convertirse en uno de los principales inversores extranjeros de República Dominicana, como él lo es actualmente en Jamaica y Canadá.
Otro caso que está afectando la inversión extranjera debido a la confusión es el proyecto minero GoldQuest en San Juan.
Cumpliendo con las leyes dominicanas, GoldQuest invirtió US$40 millones en busca de oro durante en un período de 10 años. Hace tres años este inversionista canadiense descubrió oro. Durante los últimos dos años este inversionista ha estado esperando el permiso para realizar los estudios medioambientales, los cuales determinarán si la explotación de esta mina afectaría o no la provincia de San Juan.
Los mercados internacionales están sorprendidos por la demora y han comenzado a cuestionar el clima de inversión extranjera de República Dominicana.
El problema principal en este caso estriba en la confusión hay en la provincia de San Juan sobre los posibles efectos tendría la minería sobre en esa provincia. La minería responsable no se ha socializado lo suficiente en San Juan y esto es un paso crítico para poder avanzar. Socializar sobre minería en San Juan es una responsabilidad del Estado dominicano y no del sector privado.
Sin embargo, el sector privado debería contribuir definitivamente con el Estado en ese esfuerzo de socialización.
En la provincia de San Juan hay importantes depósitos de oro, cobre y petróleo que si se explotaran de manera responsable, podrían transformar esa provincia en una de las más prósperas, forestadas y educadas de República Dominicana.
Las consecuencias de los casos de Lajun y GoldQuest sobre el clima de inversión son de gran alcance e influyen sobre futuras nuevas inversiones extranjeras en el país.
En ambos casos, el diálogo es el camino a seguir para aclarar confusiones, lo cual permitirá entonces progresar hacia soluciones mutua satisfacción.