La relación histórica del tipo de cambio en República Dominicana por mucho tiempo ha sido víctima de críticas, vituperaciones y ataques desde diferentes aristas. Cuando observamos, desde la creación del Banco Central (1947) hasta el 23 de enero de 1985, que la relación USD/DOP era de US$1 por RD$1, colocado de manera arbitraria, no existía una fórmula de equivalencia cambiaria como tal y claramente estos valores no eran determinados por la oferta y la demanda de la divisa dominicana. Es por esto que a partir de 1985 el peso respecto al dólar ha comenzado un ascenso irrefrenable que aún continúa. La pregunta que nos haríamos es: ¿por qué sucede y hasta cuándo será?
Para conocer las razones de la depreciación y esclarecer las proyecciones es necesario entender la mecánica de los tipos de cambio. El dólar tiene varias características que la hacen la segunda divisa con más fuerza en el mundo, las cuales serán resumidas en tres: el dólar es una de las monedas más usadas incluso como referente en las operaciones comerciales internacionales, también es un determinante en la economía de casi todos los países como base para los tipos de cambio, las cotizaciones mundiales e indicativo para las reservas de las diferentes naciones del mundo y, por último, es de las pocas monedas útiles para pagar las deudas internacionales directamente a los organismos financieros regulatorios.
Sin embargo, el peso dominicano tiene características intrínsecas muy diferentes, su valor no siempre es determinado por la oferta y la demanda de ella misma, sino que la mano invisible a la que Adam Smith se refiere en algunas de sus obras es representada por los funcionarios del Banco Central quienes, en su labor de mantener la estabilidad y la confianza en términos monetarios, inciden directamente en la medida cambiaria de la moneda. A este tipo de cambio se le denomina de flotación sucia y no es más que cuando el Banco Central se reserva el derecho de intervenir, comprando o vendiendo divisas, para estabilizar la moneda y conseguir sus objetivos macroeconómicos. Básicamente, la tasa se fija libremente en función de la oferta y la demanda, pero el nivel de libertad es sumamente controlado y constantemente supervisado.
Las variaciones cambiarias anuales del tipo de cambio USD/DOP en los últimos diez años han ido disminuyendo, el incremento en promedio es de un 4.1% hasta el primer semestre del 2018, lo que pudiera significar que, a medida pasa el tiempo, la moneda dominicana se va solidificando y estabilizando internacionalmente. No obstante, es necesario entender que la estabilización monetaria, cuando se desafían los movimientos del mercado o manipula el punto de equilibrio, será meramente una ficción y donde muchos economistas encuentran consenso es en que un incremento del tipo de cambio no es propiamente lo que perjudicaría la economía, sino las expectativas creadas por ese incremento y las decisiones que devienen en los agentes económicos a raíz de esto.
Con el fin de obtener algunas conclusiones que nos ayuden a conocer más lo que pudiera ser el futuro de la moneda dominicana respecto al dólar norteamericano, se realizó un análisis de series de tiempo con los datos históricos mensuales suministrados por el Banco Central de República Dominicana, desde enero de 1985 hasta septiembre de 2018. Con todo el rigor científico, se utilizaron las herramientas econométricas predictivas para hallar los valores futuros de la relación USD/DOP, 120 meses o 10 años tras septiembre 2018, que fue nuestro último período datado.
Luego de analizar los datos se observó que la variación anual, a medida que pasa el tiempo, disminuye. La variación estimada de USD/DOP para el año 2018 respecto a la estimación del año 2017 será de 1.77% con un nivel de confianza de un 95% y de 1.3% con un nivel de confianza de un 80%, visto claramente en el gráfico dentro del rango final donde se representa en una proyección expandida el margen de los posibles resultados. Esto pudiera significar que, céteris páribus, la tasa de cambio del peso dominicano está orientada a una estabilización futura que, según la política monetaria y asumiendo que las variables exógenas a la economía dominicana se mantengan constantes y estables en el tiempo, será evidenciada en el asentamiento del peso en los mercados de divisas internacionales y una solidificación de la moneda dominicana.
Una aclaración pertinente es que la relación de los pares de divisas siempre fluctúa alrededor de una media ponderada, en las monedas más sólidas esas fluctuaciones son mínimas y las monedas más vulnerables ante choques económicos considerablemente más volátiles. El dólar norteamericano tuvo una variación en los últimos doce meses, es decir desde noviembre 2017 al mismo mes 2018, de 2.43% respecto al euro. Esta variación no hace al euro más débil que el dólar, sino que el valor responde a expectativas, que pocas veces resultan racionales, y estas evolucionan día a día.
Evidentemente podemos concluir que la moneda dominicana persigue la estabilidad cambiaria. Que, a pesar de las apariencias, los datos muestran un futuro halagüeño en el mediano plazo correspondiente a la política macroeconómica del Banco Central.