El aceite de palma ha sacado de la pobreza a 10 millones de personas desde el año 2000 en el país, afirmaron este lunes las autoridades de Indonesia las cuales atacaron a la Unión Europea (UE) por crear “barreras comerciales” contra este cultivo.
“Desde el año 2000, la industria de aceite de palma ha sacado de la pobreza a al menos 10 millones de personas, de las cuales 1,3 millones viven en zonas rurales”, dijo el director ejecutivo del Consejo de Administración del Fondo de Aceite de Palma, Dono Boestami, durante un curso sobre iniciativas sostenibles del cultivo de palma dirigido a extranjeros.
El curso se celebró días después de que Indonesia se quejara ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por las medidas “proteccionistas” de la UE ante este producto.
Según Dono, el valor de las exportaciones de aceite de palma el año pasado alcanzó los 240 trillones de rupias (unos 16,460 millones de dólares o 14,412 millones de euros), una cantidad “mucho mayor que el gas y petróleo y el turismo”.
Al acto asistieron diplomáticos, académicos, activistas y empresarios de países europeos, Rusia y Australia.
El pasado viernes, Indonesia denunció ante la OMC la Directiva para las Energías Renovables (RED) de la UE, que eliminará de forma progresiva hasta 2030 ciertos agrocombustibles -sin que se haya determinado aún cuales-, y la capacidad de las empresas europeas de etiquetar productos como “libre de aceite de palma”.
“Las etiquetas no incluyen pruebas científicas concretas del impacto negativo del consumo de aceite de palma”, indicó el embajador de la misión indonesia para la OMC, Hasan Kleib, en un comunicado.
Kleib añadió que estás políticas perjudican al aceite de palma, que se utiliza, entre otros, en productos de alimentación, higiene o cosmética, en favor de los agricultores de aceite de colza europeos.
En enero de este año, la OMC apoyó una reclamación de Indonesia contra la UE por sus aranceles antidumping al biodiesel importado desde el país asiático, que se produce con aceite de palma en su mayoría.
Aunque existen certificados de sostenibilidad, el cultivo de aceite de palma ha sido ligado por activistas y académicos a deforestación, perdida de biodiversidad, conflictos por expropiación de tierras, y el secado y quema de turberas.
La Unión Europea fue en 2017 el segundo destino de las exportaciones de aceite de palma del mundo con el 16 por ciento, por detrás de la India con el 19 por ciento, según datos de Oil World.