La banca, como cualquier otra actividad económica, hace sus aportes o agrega valor al producto interno bruto de un país. El sector financiero dominicano, y posiblemente de otros países, entre los que se encuentra el de Argentina, Brasil, Perú, Colombia (Panamá no tanto) y otros de gran importancia, como es el de México, han aprendido a sortear crisis económicas gracias a la mesura aprendida.
En todos estos casos han tenido que aprender sobre la base de tropezones, que luego se convirtieron en lecciones aprendidas.
El caso que viene a colación, por ser República Dominicana anfitriona de la Asamblea Felaban 2018, es la crisis financiera de 2003, una experiencia que mostró mucho al país. La quiebra de tres bancos, todos por el mal manejo de sus ejecutivos, puso en jaque a la economía y probó la capacidad de resistencia de los dominicanos. Sin embargo, y hay que decirlo, también dio una lección al resto de los banqueros, quienes hoy saben que manejan dinero ajeno.