Resulta obvio que con el sistema financiero dominicano pasó lo que comúnmente ocurre en el país, pusimos candado después que nos robaron. Pero valió la pena, pues hoy República Dominicana cuenta con uno de los sistemas más sólidos en términos de supervisión y regulación bancaria, así como en cuanto a la modernización, dinamismo y credibilidad tanto de la autoridad monetaria y financiera como de los propios intermediarios. Por demás, el sistema es rentable y en expansión e internacionalización.
Uno de los beneficiarios de este estado de cosas en el sistema financiero son las Mipymes, las cuales no sólo han visto aumentar la cantidad de instrumentos financieros que se le ofertan, sino también el volumen de recursos puestos a su disposición por la banca privada, y los fondos que desde el Estado se han especializado para este importante sector de la economía. Ejemplo de esto lo podemos encontrar en los 168,045 préstamos otorgados por el Banco Agrícola, en los últimos seis años, a los pequeños y medianos productores del país, así como en los más de RD$94,000 millones desembolsados.
Banca Solidaria/Promipyme es otro ejemplo de la expansión del crédito a las Mipymes, pues su cartera de préstamo no solo se ha ampliado, sino que ha conocido una interesante diversificación, cuyos resultados se pueden ver en el incremento en el número de prestatarios y en una envidiable mora que compite con la eficiencia privada.
La ampliación de la oferta de fondos frescos a las cooperativas de ahorro y crédito del país, vía la dinámica Fundación Reservas, es una muestra más de la creatividad que permite el sistema financiero dominicano y de su estabilidad.
La banca privada también ha puesto el ojo en las Mipymes, y lo demuestra la creación y especialización de programas, proyectos e iniciativas crediticias para las empresas que conforman este sector. Según las estimaciones, la cartera de financiamiento para las Mipymes supera los RD$450,000 millones, todo esto a pesar de los niveles de informalidad que aún permanecen en la economía dominicana.
La mejoría en el acceso al crédito de las Mipymes en notoria y con evidencia empírica, al igual que en el caso de la bancarización. Y es obvio que hemos avanzado en este y otros temas vinculados al sistema financiero dominicano. Sin embargo, aún hay temas que resolver, entre los que se encuentra la ley de garantías mobiliarias y el tiempo de repago de los préstamos al sector. Pero vamos por buen camino.